CONDEMNED 2: BLOODSHOT

El post de hoy lo voy a dedicar a mi última adquisición en lo que a juegos de la Xbox se refiere, y que me salió bien baratito gracias a la página esa de internet que descubrió el Kikales. La principal razón por la que decidí hacerme con él es porque el juego se encuadra dentro de la temática de los «survival horror», que ya expliqué hace tiempo que se trata de mi género favorito. En este juego nos metemos en el pellejo de Ethan Thomas, un agente de la SCU (unidad de crímenes en serie). Sin embargo, Ethan ya no es el mismo de antaño, pues algo en él ha cambiado tras los sucesos de la primera entrega; ahora es un hombre atormentado, que se abandona a la bebida con frecuencia y suele tirarse en callejones lúgubres y llenos de basura a disfrutar sus resacas. Personalmente tengo que reconocer que con este juego me pasó algo parecido que con el FEAR 2, pues la primera vez que lo jugué no me pareció gran cosa; pero a medida que avanza la trama y la ambientación se va haciendo cada vez más tétrica, la cosa mejora mucho (y por esta simple razón ahora mismo me tiene muy enganchado).
Y es que hay que reconocer que están muy conseguidos esos escenarios de aspecto totalmente desolador, sumidos en la oscuridad y plagados de basura; edificios en ruinas con agujeros en las paredes, viento que arrastra papeles en los exteriores, desorden por todos lados. Y un extraño alquitrán negro que puebla algunos puntos concretos del escenario. Y es que detalles tan simples como una sombra que se mueve en la otra punta de la habitación consigue que agudicemos todos nuestros sentidos, así como con los ruidos, los crujidos, las luces que se apagan a nuestro paso; todo está presente por un solo motivo: ponernos los pelos de punta y que nos mantengamos alerta (sobre todo si se juega con la luz de la habitación apagada y con el volumen a tope). A todo esto hay que unirle el hecho de que los enemigos a los que nos enfrentamos son imprevisibles, pues se mueven y se ocultan tras las columnas esperando a que pasemos por allí para cogernos desprevenidos. Me ha encantado un detalle del juego en el que abrimos la puerta de una habitación, entramos en ella y gracias al espejito del baño, justo enfrente de la puerta, vemos el reflejo de un ser inmundo a punto de asestarnos un golpe por la espalda (todo en cuestión de escasos segundos, lo cual te causa sobresalto y nos obliga a tener una reacción rápida). En definitiva, un juego muy recomendable plagado de escenarios oscuros, terroríficos y desconcertantes y que hacen de él una compra muy apetecible para los amantes de los survival horror.

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