Epiphania, de Ludovic Debeurme (Kraken, 2019)

Tras el impacto de tres meteoritos, un enorme tsunami inunda la tierra. Cuando el agua se retira millones de fetos aparecen por todos los rincones. Estos seres en estado de gestación son tan humanos como animales y su nacimiento trastorna el orden social establecido. La convivencia entre estos mixbodies y los humanos se realiza de forma anárquica y quebradiza. Y es que el planeta tierra, amenazado por la especie humana, ha creado su propia arma: los «Epiphanians».

La primera entrega de la trilogía Epiphania; del autor francés Ludovic Debeurme (quién ya firmó la interesante novela gráfica Lucille), es sin lugar a dudas uno de los cómics de este 2019. Una historia valiente, sensible e intensa sobre la paternidad no deseada, los combates cotidianos, el desprecio de los demás por ser diferente y la esperanza tras la catástrofe…todo ello con una pátina de ciencia ficción que queda de maravilla (y qué decir de esa hermosa portada: impactante es poco).

Saldrá un tío barbas

El estilo gráfico de Bebeurne recuerda a Daniel Clowes, Charles Burns y a nuestros David Sánchez y Joan Cornellà. Los hechos se nos presentan en una rejilla de seis viñetas por página, fusionando en ocasiones varias viñetas para potenciar la importancia de algún momento intenso en concreto. Esta peculiar manera de narrar complementa a la perfección la trama que se desarrolla, donde no faltarán auténticos momentos bizarros e importantes situaciones, manteniendo en todo momento una necesidad imperiosa de seguir leyendo la historia una vez
empezada.

Habrá que ponerse una rebequita, que refresca

No podemos pasar por alto la impecable edición y a gran tamaño que se han marcado los amigos de la editorial Kraken, que cuenta además con una excelente calidad de reproducción y calidad de papel que da gusto ver y tocar.

Trajes que se ponen las tías para tocarnos a nosotros

En definitiva: Epiphania es un cómic emotivo, fascinante e impecable tanto en lo visual como narrativamente hablando. Esperemos que Kraken Ediciones no se demore demasiado en publicar la segunda entrega, ya que el cliffhanger de la última página es brutal.

Por Francisco José Arcos Serrano

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