Marvel Deluxe. Thunderbolts: La ascención de Norman Osborn

thunder_logoSi al igual que yo te consideras un frikazo de mierda, entonces seguramente te la sudará el hecho de tener ya cierto material molón en formato grapa, coger y pillarte un bonito tomo en tapa dura que recopile ese mismo material, movido por la idea de que así luce mucho mejor en la estantería. Yo he de reconocer que el formato Marvel Deluxe me pone burraco y está provocando que actualmente me compre de nuevo mazo de material que ya tenía en mi comicteca y que casi tenga que prostituirme para ello…

Y mi último caprichazo comiquero ha sido este tomo que reseñamos hoy, pues cuando leí en su día en formato grapa el material que en él se recopila (hará cosa de cuatro años) me flipé tanto que no he podido resistirme a hacerme también con este pedazo de tomo cojonudo, que fue publicado por la muchachada de Panini allá por mayo de 2012. El caso es que tras año y medio de verlo allí en la tienda luciendo tan rebonito, el otro día no pude resistir más, lo enganché y me lo llevé conmigo a casa para darle un hogar digno.

¿Y qué nos vamos a encontrar en este tomo?. Pues nada menos que un acojonante volumen integral, que recopila la etapa completa de Warren Ellis y Mike Deodato Jr. al frente de Thunderbolts. Sobre el bueno de Ellis ya he hablado en ciertas ocasiones en este blog, de quien siempre he dicho que nunca ha sido un guionista que me haya encandilado y muchas veces creo que está hasta sobrevalorado. Reconozco que su labor en Autorithy fue bastante buena y en Transmetropolitan tampoco lo hace nada mal, pero también tiene soberanas putas mierdas que me dejaron totalmente indiferente (lo último fue Anna Mercury, por cierto)…

Panda de chulazos

Panda de chulazos

Pero al César lo que es del César, y cuando este tío hace algo molón no se me caen los anillos por reconocerlo y su labor en los Thunderbolts me parece la puta ostia. Y es que ciertamente este menda sabe engancharte desde el primer número por esa forma de retratar a toda esta panda de maniacos de una manera tan formidable y encima sabe sacar el máximo partido al hecho de que trabajen del lado de la ley. Y es que para el que no tuviera constancia de ello, tras la Civil War, se dio paso a lo conocido como la Iniciativa, por la cual cada estado de los USA contaría con su propio grupo de supertipos registrados. Este grupo de maniacos y ex-convictos quedaron encuadrados en el Estado de Colorado, y eran los encargados de “cazar” a héroes renegados que no se hubieran acogido al acta de registro.

Los Thunderbolts echando la tarde

Los Thunderbolts echando la tarde

Todo esto sirve de marco para hacernos partícipes de las andazas de este elenco tan variopinto formado por cabronaz@s tales como Piedra Lunar, Penitencia, Venom, el Espadachín, Pájaro Cantor, el Hombre radioactivo y el mayor bastardo de todos: Bullseye (por no hablar de la cabeza pensante de todo este tinglado, que no es otro que el maniaco de Norman Osborn). Eso sí, si tuviera que destacar a uno de entre todos ellos me quedo con Mac Gargan (el huésped de Venom), pues ciertamente inspira auténtica grima y pavor. Y es que el bueno de Ellis volvió a hacer de él un personaje que infundía miedo, sobre todo viéndolo en acción, por esa manera tan peculiar que tiene de tratar a los héroes no registrados que son blanco de los Thunderbolts.

La hora de la merienda

La hora de la merienda

Claro que a ello ayuda mucho la labor que hace Deodato en los lápices, con ese estilo suyo que es un auténtica delicia visual para los sentidos. Esas formas esbeltas combinadas con ese trazo oscuro pero tan bien logrado, contribuye mucho a secundar los buenos guiones de Ellis. Y es que Mike Deodato Jr. es el puto amo, qué cojones…

Bullseye a punto de preparar unas brochetas

Bullseye a punto de preparar unas brochetas

En definitiva, que si no has leído este tomo de los Thunderbolts no sé a qué cojones estás esperando, alma de cántaro. Una tremenda pléyade de tarados que están como putas cabras trabajando del lado de la ley y en el supuesto bando de los “buenos”, dando mucho juego, y nadie mejor que Ellis para retratar, como solo él sabe, las personalidades tan dispares de todo este grupo tan peculiar. Así que déjate de porros y cubatas un finde, ahorra los casi 30€ que vale y disponte a disfrutar de una lecturaza. 

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