Spiderman / 4F: Valores familiares

Puede que sea por el hecho de que el pobre Peter Parker se quedara huérfano desde muy jovencito o porque estuviera ya hasta el huevamen de aguantar a su tía, pero lo que sí es muy cierto es que el bueno de Spiderman ha estado rondando y dando la brasa a los 4F desde que los conoció (suponemos que por envidia cochina de que ellos son una familia «mu» bien avenida y quiere ir de «acoplao» a ver si le hacen un hueco).

Y es que nuestro arácnido favorito, ya desde sus tiempos mozos, tuvo un primer acercamiento a estos en aquella famosa historia en la que el bueno de Stan Lee nos relató el hecho de cómo al poco de adquirir sus poderes fue a intentar unirse a los 4F a cambio de una retribución económica. Pero Spidey, que no es gilipollas, cuando vio que estos hacían lo que hacían de forma altruista se piró de allí pensando que les dieran mucho por el ojete. Pero lo cierto es que sus caminos volverían a cruzarse en otras múltiples ocasiones, forjándose así poco a poco unos lazos muy especiales entre ellos. Y la principal función de este cómic es la de ahondar en esos momentos…

Y es que este  tomo tiene un regustillo bastante parecido a otro que reseñamos hace ya titulado X- Men / Spiderman: Los jóvenes más extraños, en el que se ahondaba en las relaciones de Spidey con esos otros personajes de la editorial. De esta forma, el cómic que nos ocupa en la reseña de hoy recoge una miniserie de 4 numeros, que sirve como repaso a algunos de los mejores momentazos del arácnido con la familia más famosa de Marvel Comics.

Namor trayendo a unos colegotas

Lo más curioso radica en el hecho de que cada número de la miniserie se centra sobre todo en la relación de Spiderman con un miembro en concreto de ese insigne grupo. Así por ejemplo, en el número con el que se abre el tomo, (ambientado en la época en la que Gwen Stacy aún estaba viva), se profundiza sobre todo en la relación de amistad de Peter con Johnny Storm, con esas bromas y esos vaciles que se traen entre ambos y que demuestran que son dos tíos con mucho en común.

Sue Richards diciendo no sé qué soplapolladas

Menos disparatadas y más interesantes resultan la segunda y la tercera historia, donde veremos a Spiderman estrechando grandes lazos de amistad con Reed y con Sue respectivamente. Y es que con Mr. Fantástico tiene en común esa pasión por la ciencia, aparte de su admiración por el bueno de Reed Richards, debido a su mente privilegiada. Por su parte, con Sue Richards, veremos cómo para Peter es de las las pocas mujeres con las que se siente realmente agusto porque nunca le ha tratado como a un crío. Además, tal y como él mismo reconocerá en cierto momento de la historia, cuando habla con ella «no le sudan las manos», elemento sintomático de su buena relación con la componente femenina del grupo (como si de una hermana mayor se tratara).

Reunión de cerebritos empollones

En cuanto a la última historia, tiene lugar en la actualidad y sirve para ver lo mucho que tiene también en común Spiderman con el bueno de Ben Grimm. Pero sobre todo nos deja clara la idea de que si como Peter Parker siempre podrá contar con su tía y sus amigos, en lo que se refiere a su identidad de superhéroe, los 4F son casi como una familia para él. Y es que con ellos ha compartido muy buenos momentos y de ahí la existencia de esos lazos tan estrechos que le unen con todos y cada uno de los componentes de ese grupo.

El Dr. Muerte tocando los cojones

En definitiva, Spiderman / 4F: Valores familiares es un tomo que puede resultar interesante para todo aquel que quiera ahondar un poco más en el porqué del buen rollo de nuestro arácnido favorito con la archiconocida familia de Marvel. Una lectura repleta de momentos retrospectivos, que sin ser nada del otro mundo al menos entretiene.

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