Superman / Gen13

gen_logoMe imagino que seréis muchos los que alguna vez hayáis fantaseado con la idea de que vuestra vecina buenorra llamara algún día a vuestra puerta y se abriera la camisa a lo Superman dejando entrever un sujetador de lencería fina como los que llevan las chavalas del catálogo de Victoria’s Secret. Así que supongo que tras haber visto la portada del tomo que vamos a reseñar hoy a más de uno le habrá vuelto ese sueño erótico festivo a la cabeza.

El caso es que durante estos días me ha dado por volver a leer cosas de mi comicteca que tenía ya más olvidadas que las bragas de la gran Paris Hilton. Así que hace poco me topé con este cómic publicado por Planeta DeAgostini allá por 2001. Eso sí, puede que tenga este cómic desde hace ya más de doce años, pero he de argumentar en mi favor que sigue estando tan cuidadito y reluciente como el primer día gracias a su bolsita free-acid. Que soy un friki mierdero del copón como esos que salen en las películas en plan tíos raros (pues mira, lo cierto es que no te digo yo que no)…

Pero dejémonos de mariconadas y pasemos ya a comentar el cómic de la reseña de hoy, del que hay que decir que se trata de un crossover entre los muchachos de Gen13 y el Supes, que nos muestra una divertida historia que sin ser nada del otro mundo resulta amena de leer. Todo comienza cuando los mozos de Gen13 hacen una pequeña escapada para pasar unos días de asueto. Y como esta vez le ha tocado elegir a Fairchild, su destino es la ciudad de Metrópolis, la urbe de Superman. El resto de sus compañeros no entienden muy bien la razón de tal elección, pero pronto descubrirán que el bueno del Supes es el amor platónico de Caitlin desde su más tierna infancia.

Superman a punto de ostiar a un mico

Superman a punto de ostiar a un mico

El caso es que todo se complica cuando los muchachos llegan a Metrópolis y se encuentran nada más bajar del autobús con Superman envuelto en una batalla contra una especie de tremendo cyber simio gigante. En uno de los embates de la lucha, Superman arrolla literalmente su admiradora de una forma en la que la pobre Caitlin perderá la memoria, de manera que al despertarse y verse con la capa roja de su héroe, la desorientada pelirroja se creerá que es Supergirl.

Caitlin con un ojo a la virulé

Caitlin con un ojo a la virulé

Así que os podéis imaginar el resto de la historia con esta muchacha haciendo de Supergirl, y pensando que como defensora de la ciudad tiene que velar por el bienestar de esta. Pero sus buenas intenciones serán un tanto eclipsadas por la torpeza de sus actos, de forma que más que ayudar lo único que conseguirá es sembrar el caos allá por donde pasa. Será así como dará comienzo un juego de equívocos entre una Fairchild que no recuerda nada salvo esa capa y el símbolo que luce en ella, y el resto de sus amigos buscando respuestas en el Daily Planet, junto a Lois Lane y Clark Kent. Para colmo de males, la verdadera Supergirl no llevará muy bien la aparición de una imitadora que ni mucho menos la está dejando en muy buen lugar.

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Superman «estreñío»

Todo lo expuesto hace de este cómic una divertida historia en la que destaca el contraste entre sus protagonistas: los alocados jóvenes de Gen13 y el bueno del Supes con su carácter tan reservado, tradicional y comedido (por cierto, muy divertido el comentario que hace Grunge a Superman sobre su visión de Rayos X y el traje de Wonder Woman). Pero sin duda alguna, si hay un elemento destacable en toda esta historia, será el hecho de ver cómo finalmente este grupo de jovenzuelos acabarán por apreciar la figura del «carca» Hombre de Acero, tanto por lo que es como por lo que representa, a pesar de su forma de ser tan chapada a la antigua. Lo dicho, un cómic entretenido de leer y muy en la línea del sentido del humor de su guionista Adam Hughes, que te agradará si simpatizas medianamente con sus protagonistas.

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