Locke & Key: Bienvenidos a Lovecraft

Locke & KeyHace unas semanas, durante uno de esos sábados en los que acompaño al Sr Grifter por las tiendas de comics de Madrid, me quedé sorprendido al ver un comic cuyo guionista era Joe Hill. Para los que no lo sepan Joe Hill es el hijo de Stephen King (este no hace falta presentarlo, ¿no?), y como el padre, se ha metido de lleno en el mundo de escribir novelas de terror. Quizás se haya beneficiado de ser el hijo de quién es (aunque si no se investiga uno no lo sabe, ya que no comparte apellido), pero lo cierto es que su primera novela, El Traje del Muerto, ha sido un pelotazo y personalmente me gustó bastante cuando la leí. Tiene otra novela que publicó el año pasado y algún libro de relatos cortos que en cuanto pueda me haré con ellos.

Es por ello, que al ver que era el guionista del comic book Locke & Key: Bienvenidos a Lovecraft no dudé un solo instante en pillármelo, intuyendo que seguramente su argumento giraría alrededor del terror.

Fathom: La reina de hielo

Voy a continuar hoy en la línea de reseñas anteriores de dedicar unas palabras a otra relectura que tuve el placer de echarme en cara durante las vacaciones de Semana Santa. El cómic que os traigo hoy salió como novedad del Salón del Cómic de Barcelona de hace ya unos añitos (no recuerdo si fue el del 2003 ó el del 2004). Sin duda alguna, el mayor atractivo de este tomo radica en el simple hecho de que está protagonizado por las tres tiazas más buenorras de la editorial Top Cow. Y es que el cómic viene a ser una especie de crossover entre Fathom-Witchblade-Tomb Raider, colecciones que cuentan con los suficientes elementos comunes como para que la interacción entre todas ellas no resulte forzada ni cogida con pinzas.

Me imagino que a todos os sonará el nombre de Sara Pezzini (la guapa portadora del Witchblade, unida a ese poderoso simbionte alienígena), o el de Aspen Matthews (la exuberante protagonista de Fathom). Y por supuesto, también tendréis el placer de conocer a Lara Croft (la mítica aventurera a la que se ha encuadrado en este universo de personajes de Top Cow).

La zona gris

Hoy me voy permitir el lujo de dedicar unas palabrejas a otra relectura de estos bonitos días vacacionales, concretamente a un tomo publicado por la editorial Planeta DeAgostini allá por junio del año 2005. El principal atractivo del cómic (y razón por la cual me hice con él en su día) es el hecho de que venía avalado como «el primer trabajo independiente de John Romita Jr.», y francamente cualquier obra en la que esté tal dibujante de por medio, para mí ya es motivo de compra fija y apuesta segura. Por cierto, sobre el guionista Glen Brunswick no me preguntéis, porque para un servidor es un completo desconocido y esto es lo primero que he leído de él.

Ciertamente cuando lo compré en su día no tenía la más remota idea de qué narices era esto de La zona gris, ni sobre lo que trataba. Pues bien, tras haberlo releído hace un rato puedo decir que este cómic bien podría definirse como una historia que viene a ser una mezcla de elementos de temática o tintes noir con un componente fantástico y sobrenatural bastante curioso y que enseguida os explico. Así que «agarraos los machos» porque entramos en la Zona Gris, chavales.

Lobezno: El fin

Continuo estos días de vacatas releyendo cosillas de mi comicteca que tenía ya olvidadas, y hoy le ha tocado el turno a este cómic protagonizado por Lobezno, que fue publicado por la editorial Panini allá por el mes de mayo del 2005. No sé si recordáis que hace unos años empezaron a proliferar proyectos de este tipo, dedicados a mostrarnos «la ultima historia» de ciertos personajes del universo Marvel.  Como consecuencia de ello surgieron títulos tales como Punisher: el fin (Ennis/Corben), Hulk: ¿fin o principio? (Peter David/Dale Keown), los 4F: el fin (Alan Davis), y esta miniserie de seis números que  nos ocupa en la reseña de hoy titulada Lobezno: el fin, de la mano del guionista Paul Jenkins.

Lo primero que hay que decir de ella es que se trata de una historia en la que se nos narra un futuro no oficial fuera de la continuidad del personaje (es decir, algo parecido a lo que pudimos ver en la historia de El viejo Logan, en el sentido de que este bien podría ser uno de los posibles futuros que le esperan al personaje). ¿Y qué nos vamos a encontrar en este cómic que podría ser la última aventura del mítico Logan?. Pues enseguida os lo comento, muchachada.

Kin

Durante estos días de vacaciones estoy aprovechando a releer cosillas que tenía por ahí ya casi olvidadas y de las que ya sólo me quedaba un vago recuerdo de cuando lo leí en su día hace ya varios añazos (es lo bueno de este vicio, que puedes volver a degustar el material acumulado cuando quieras). Así que hoy después de comer me he puesto manos a la obra con este cómic de la editorial Top Cow titulado Kin, que fue publicado por estos lares de la mano de Planeta DeAgostini allá por el año 2001.

Realmente me ha agradado volver a sostener entre mis aterciopeladas manos unos cómics en grapa de cuando el papel tenía la suficiente consistencia para que no se quedara como el puto acordeón de María Jesús después de tocar su musicote de los pajaritos a bailar, (tal y como ocurre hoy día con la mierda de papel que pone la editorial Panini en los cómics de 24 páginas, que acabó finalmente por quitarme las ganas de hacerme con material en ese formato después de años comprando grapa). Por eso desde hace ya varios meses sólo compro tomos y reediciones gracias a Panini y a su forma ratonera de publicar.

Down

Ciertamente el 2007 debió de ser un año en el que debí de padecer alzheimer o algo muy por el estilo, pues últimamente revisando mi comicteca me estoy encontrando con tomos que entraron en mi casa por aquel entonces y a estas alturas estaban ahí muertos de risa y sin leer (tal y como comenté hace unos días al hablar de Obergeist Ragnarok). Este al que dedico hoy mi reseña fue publicado por Norma editorial allá por mayo de aquel mencionado año, así que 4 añazos después de su compra por fin lo he degustado (anda que…).

Sin duda alguna, lo que más llama la atención a primera vista es ver el nombre de Warren Ellis en la portada, pues bien es cierto que es el responsable de magníficos y geniales cómics tales como Authority, Transmetropolitan o Iron man: Extremis. Sé que con esto que voy a decir me expongo a mofa, afrenta y escarnio público, pero aprovecho la ocasión que se me brinda para cantar a los cuatro vientos que su aclamada Planetary me resultó un poco pufo (pero bueno, para gustos los colores, joe).

Solo un peregrino

Ciertamente la compra de este tomo, que ha salido este mes como una de las novedades de Norma editorial, ha sido un caprichazo de coleccionista que me he dado, pues el material que recopila ya lo tenía yo por ahí  en mi comicteca cuando fue publicado hace ya unos añitos por Dolmen editorial en un par de tomos. Lo que pasa es que como soy muy friki, me hacía «ilu» tenerlo recopilado en esta lujosa edición en tapa dura, pues como he comentado en bastantes ocasiones, soy un ferviente admirador de casi todo lo que guioniza Garth Ennis.

Una vez más el tío más gamberro del mundo de los cómics vuelve a hacer uso de un argumento en el que la sátira religiosa es la principal protagonista (tal y como pudimos ver en su aclamada Preacher),  y donde la violencia exagerada y su peculiar humor negro estarán también muy presentes. En esta ocasión nos meteremos en el pellejo de otro de sus antihéroes, encarnado esta vez por un peculiar peregrino que parece traer la desgracia y el mal fario a todo aquel que tiene la mala suerte de cruzarse en su camino.

X-Men: Hijos del átomo

Seguro que a muchos de vosotros os suena este título por la reciente publicación de esta miniserie de 6 números que tuvo lugar hace algunas semanas en una de las entregas del coleccionable de Panini. La portada de mi reseña es la de un tomo que se publicó en nuestro país a mediados del 2001 (ya ha llovido, ya), que recogía este mismo material recientemente publicado dentro de ese mencionado coleccionable. Personalmente yo lo leí hace ya un porrón de añazos, pero al volver a estar de moda con esa comentada reedición, pues me ha dado por releerlo debido al buen sabor de boca que me dejó en su día.

He de confesar que me hice con la compra de este tomo en aquel año citado antes (2001) debido a que por aquel entonces era gran fan de Joe Casey, quien me sorprendió muy gratamente con su saga titulada Serial Boxes dentro de la colección de los Wildcats. Y ciertamente he de reconocer que mi admiración por este guionista creció aún más con la lectura de esta miniserie recopilada en el tomo, donde se marca una más que decente historia protagonizada por nuestros mutis favoritos.

Obergeist Ragnarok

Ciertamente entre la vorágine de novedades que entran mensualmente en casa de un coleccionista de cómics, suele ocurrir que a veces alguna de estas se queda por ahí perdida entre los armaritos, durmiendo el sueño de los justos. Esto ha sido exactamente lo que me ha ocurrido con Obergeist Ragnarok, un tomo que entró en mi casa allá por el año 2007, lo guardé en uno de mis armaritos esperando a ser degustado,  y ahí se quedó más abandonado que un perrillo en el mes de agosto o que un viejete en una gasolinera.

Así que imaginaos mi careto el otro día cuando de pronto me encontré con este cómic que llevaba ahí casi cuatro añazos esperando su momentazo (más o menos como Bojan Krkic). Sorpresivo me resultó abrir la primera página y darme de morros con una introducción de ese genio llamado Bruce  Campbell. No pude menos que ponerme de pie y leer las sabias palabras del «puto amo del 7º arte» sobre lo que tenía que decir al respecto de este tomo en el prólogo del mismo.

El juicio de Sherlock Holmes

Echando un vistazo hace unos días al catálogo de la editorial Panini con las novedades de este mes me llamó la atención este tomo del insigne personaje creado por Sir Arthur Conan Doyle. Debido al buen sabor de boca que me dejó la lectura de otra aventura que leí recientemente protagonizada por el bueno de Holmes (Victorian Undead), decidí jugármela con la compra de este tomo. De esta forma, con la lectura del mismo nos trasladamos en una ocasión más a la Inglaterra victoriana para acompañar de nuevo al mítico detective en una de sus andanzas.

Esta vez seremos partícipes de una nueva aventura de Sherlock en un contexto mucho más «real» y más acorde al personaje que con respecto a lo que pudo verse en el anteriormente citado tomo de Norma editorial (pues ciertamente la combinación Sherlock Holmes/zombies putrefactos no es que pegue mucho). Además la historia del tomo que nos ocupa encierra una original vuelta de tuerca con respecto al personaje, presentada bajo el siguiente concepto: ¿y si Sherlock Holmes fuera el principal sospechoso de un crimen en el que todas las pruebas apuntan hacia él?.