CHEW

Este viernes pasado me pasé por mi tienda de cómics para nutrirme con algunas cosillas de cara al fin de semana navideño. En principio iba con la idea de hacerme con el 2º tomo de la reedición de Spawn y con el tomo de Marvel Gold que recoge La Saga de Korvac. Sin embargo, me llevé un sorpresón cuando la moza de la tienda me dijo que éste último aún no lo habían recibido, así que me puse a mirar por los estantes a ver si había alguna otra cosilla que suscitara mi interés. Pues mira tú por donde que mis ojines se posaron en este cómic llamado Chew, el cual me sonaba  por haberlo visto reseñado en algunos de los blogs que visito.

Así que con un vago concepto sobre su argumento y con un rápido vistazo por encima me decidí a llevármelo para darlo una oportunidad. Pues bien, tengo que decir que tras haber degustado el primer tomo, Chew es uno de esos cómics que te sorprenden muy gratamente con un argumento entretenido y agradable de leer (tanto que en mi próxima visita me haré con el siguiente tomo). Pero sin duda alguna, lo más chocante de él es su personaje protagonista, por esa curiosa habilidad que manifiesta y que a mí personalmente me ha resultado de lo más llamativa. Y es que tal y como podéis leer en la primera página del cómic, Tony Chu es un Cibópata (lo cual quiere decir que tiene el curioso don de percibir una impresión psíquica de todo lo que come). Esto quiere decir que si por ejemplo nuestro protagonista se come una manzana, puede conocer detalles tales como cuándo y de qué árbol se cosechó, qué pesticidas usaron y demás información referente a «la vida» de ese alimento.

A priori esta inquietante habilidad podría parecer una paranoia o una sandez, pero imaginaos el potencial que se podría sacar de ella si al igual que nuestro protagonista eres un detective. Y es que pensad por un momento sobre el hecho de disponer de una habilidad como esa en cualquier escena del crimen (se podría dejar en bragas hasta al mismísimo Horatio). Como es de suponer, nuestros protagonista llamará la atención de la gente de la División de crímenes Especiales de la FDA, la Agencia gubernamental más poderosa del planeta, dedicada a investigar todo tipo de crímenes acontecidos en las más extrañas circunstancias.  Eso sí, poseer un don como este y dedicarte a ese trabajo supone tener que dejar de lado todo tipo de prejuicios y «tikismikerías», pues en más de una ocasión para resolver los casos uno tendrá que catar alguna parte putrefacta de un cadáver (vamos que no es un trabajo apto para gente escrupulosa, y si no que se lo digan a nuestro protagonista).

En definitiva, Chew es un cómic que me compré un poco por el hecho de que no encontré nada más atrayente en la tienda aquel día, y ha resultado ser una más que grata sorpresa. Se trata de un buen cómic con un argumento llamativo desde la primera página, que nos mete de lleno en un guión que podría catalogarse como una mezcla entre novela negra y ciertos momentos humorísticos y satíricos. Un cómic que personalmente recomiendo y que espero que el siguiente tomo mantenga el nivel exhibido en este.

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