Hacía ya un huevazo de tiempo que no nos prodigábamos con un post gilipollesco de estos, que son facilitos de hacer y además al populacho les mola porque no tienen nada apenas que leer. Así que tras un duro proceso de selección más agotador que el del responsable de un casting para elegir chavalas participantes de un concurso de camisetas mojadas, hoy os traemos esta remesita de gifs animados gilipollescos que harán las delicias de todos aquellos que disfrutan con las soplapolladas supinas y con las ostias imbéciles. Os dejamos ya con ello…
Y empezamos con uno de esos adolescentes agilipollaos que le hacen a uno pensar que si esta generación están destinados a ser el futuro, el destino de la humanidad será seguramente algo parecido al Planeta de los Simios. Y es que sobran las palabras…
Vamos ahora con uno de esos niños a los que les gusta ser el chico más popular de la clase haciendo gilipolladas como ésta y acaban siendo los más populares de la consulta del dentista para que les haga una dentadura nueva.
El siguiente gif es un consejo con el que os quiero decir que cuando veáis a alguien haciendo el chulo y el gilipollas con la bici alejaos los más posible, pues os podéis ver involucrados de alguna manera en su inmimente ostión.
Vamos ahora con una niña que es peor que la Yakuza, no me jodas. Y es que antes de empezar la pelea te habrá dado de ostias sin enterarte y encima cuando aún te estás preguntando por dónde te ha entrado el primer ostión te calza otro.
Los que seguís esta sección seréis sabedores que siempre nos gusta advertiros con el tema del Karma. Y este gif animado es otro claro ejemplo de que os andéis con mucho ojito con ese tema, porque si vais por la vida haciendo el borrico os puede pasar esto.
Y como sabemos que en esta sección hay mucho fan de los minimos varios, aquí os traemos un ejemplo de cómo poder engañar a vuestro gato cuando queráis que se vaya a dormir. Es una buena táctica, la verdad…
Y acabaremos con otro método para gatos, esta vez para cuando quieras putearle y que salga rebotado para todos lados. Le lanzas una araña cuando esté descuidado y ya verás qué grado de descojone te pasas a su costa.