
Como ya sabréis, esta película es una adaptación de la novela de «La máquina del tiempo» de H.G Wells (es una peli del año 1960, aunque en 2002 se hizo un remake que no le llega ni a la suela de los zapatos). El protagonista de esta versión del año 1960 no es otro que el magnífico Rod Taylor, y del que tengo que decir que es uno de mis actores antiguos favoritos por el gran papel que se marca en esta película. Interpreta a un científico (George Wells) que construye una máquina con la que puede viajar en el tiempo. A pesar de la incredulidad de sus amigos, y de que en caso de que la máquina funcionara tratan de persuadirle para que no se embarque en ese viaje, la curiosidad científica de George por saber qué depara el futuro a la humanidad le lleva a desatender los consejos de sus amigos. En su viaje observará cómo el futuro de la humanidad es desalentador (podrá presenciar cómo el mundo vivirá dos guerra mundiales). De esta forma, movido por el deseo de conocer si la humanidad aprende de sus errores, viajará unas decenas de miles de años al futuro y podrá comprobar que el ansia de destrucción del ser humano ha llevado a un futuro desolador. Y es que tal y como se verá, la humanidad ha quedado dividida en dos especies, los «Eloi», pacíficos pero faltos de conocimientos, y los «Morlocks», inteligentes pero que han degenerado en lo más bajo que puede caer el ser humano: el canibalismo. No me cansaré de repetirlo: me encanta esta película. Además hay que decir de ella que ganó un oscar a los mejores efectos especiales (aunque después de casi 50 años hayan quedado ya muy desfasados para lo que estamos acostumbrados a ver hoy en día). Sin embargo como ya he dicho antes, para un servidor esta película tiene un encanto especial, y a pesar del paso de los años aún sigue estando entre mis favoritas. Y, sobre todo, me encanta el magnífico final con esa mítica conversación entre la sirvienta y su mejor amigo, cuando ella le pregunta: «¿Cree usted que volveremos a verle algún día?, y él responde: «Eso sólo podemos suponerlo. Él tiene todo el tiempo en sus manos» (¡Qué grandee, qué grandeee!).
Sin duda, una de las más grandes, lo mismo la he visto 6 veces. Después de leer x-men te preguntas ¿a que me sonaran los Morlocks?.
Yo recién levantao sí que parezco un Morlock