Como es bien sabido desde hace ya tiempo, el sello editorial MAX para lectores adultos dedicado a Punisher va a ser relanzado en breve con la dupla Jason Aaron/Steve Dillon. Pero antes de ello contamos este mes con la publicación de este último tomo de 100% Marvel de la editorial Panini, que pone fin a una andadura en la que hemos acompañado al bueno de Frank en un sinfín de historias de todo tipo, pero todas ellas con un sempiterno denominador común: las escabechinas de nuestro antihéroe contra todo aquel que merezca ser castigado por sus crímenes o delitos.
Es también vox populi que en los últimos tomos ya no estaba patente la impronta del insigne guionista irlandés (Garth Ennis), y han sido otros autores los que nos han narrado nuevas historias de Punisher. Y este tomo que nos ocupa tiene la peculiaridad de que han sido 4 guionistas diferentes los que nos narran 4 historias distintas de este personaje, en las que cada uno nos presenta su visión tan particular sobre él.
Bien es cierto que un servidor no es demasiado partidario de tomos con distintas historias cortas de un mismo protagonista, pues soy más dado a arcos argumentales amplios de varios números. Sin embargo, tengo que reconocer que estas 4 historias que componen este tomo son bastante decentitas y rallan a un nivel que se dejan leer con cierto interés (si bien es cierto que algunas resultan más inquietantes que otras). Particularmente la 2ª y la 3ª historia me han enganchado menos que el resto de las que se compone el tomo. Hay que decir al respecto que ambas nos traen una particular moraleja sobre las andanzas de este personaje, de las que yo personalmente he extraído la idea de que no hay mujer alguna que pueda manipular al bueno de Frank, y sobre todo la de que por mucho que trates de huir y esconderte, al final Punisher te hará expiar tus pecados.
Como digo, son las otras dos historias las que a mí particularmente más me han llenado, por el simple hecho de que la mayor parte del hilo argumental de ambas está llevado a través de esas típicas notas mentales de las que suele hacer gala nuestro protagonista, y con las que uno ve el mundo a través de sus pensamientos e inquietudes, y de alguna forma se empatiza con el personaje conociendo el porqué de sus motivaciones y actos (algo tan característico de Punisher y que en mi opinión fue imperdonable que no lo hicieran en ninguna de sus dos últimas películas). De esta forma, en la primera de estas historias del tomo asistiremos a una currada y original «tortura» del bueno de Frank con la que consigue sacar lo peor de tres mafiosos de poca monta, todo ello narrado con su tan peculiar y frío punto de vista.
Pero sin duda alguna, la cuarta historia es con la que personalmente más he disfrutado, y en la que nuestro antihéroe se las verá con una curiosa organización dedicada a producir snuff movies bastante reales (particularmene me ha gustado toda esa parte dedicada a contarnos la forma de ingeniárselas para infiltrarse en un edificio a priori inexpugnable con el fin de acabar con toda esa organización desde dentro). Además las mencionadas notas mentales de esta historia me han parecido particularmente buenas, donde uno realmente casi llega a empatizar con Frank en ciertos momentos y con su idea de que realmente hay ciertas personas que merecen ser castigadas por sus actos. A colación de esto me quedo con una genial frase del tomo que cito textualmente y que dice algo como: «!No son más que un puñado de gilipollas viendo cómo violan, golpean y arruinan la vida a unas pobres mujeres y que hacen que me avergüence de tener polla!» (una nota mental muy elocuente, Frank, sí señor).
En definitiva, un tomo que sin ser ni mucho menos el mejor de los 14 publicados bajo el sello MAX en nuestro país, se deja leer por la variedad de situaciones en las que se nos presenta a este personaje en cada una de ellas. Hay algunas mejores, otras más reguleras, pero en conjunto es un tomo de lectura bastante decente si eres mínimamente seguidor del personaje (un buen aperitivo mientras esperamos la nueva etapa).