El hombre de acero

supes_logoYa he comentado en multitud de ocasiones en este mismo blog el hecho de que sobre el bueno del Supes leo lo justito, pero últimamente he entrado en una peculiar dinámica en la que todo lo que cato sobre este personaje hace referencia a sus orígenes. Y es que tras haber degustado recientemente tomos como por ejemplo DC Orígenes: Superman o Superman: Tierra Uno me salen ya lo que son los inicios de este personaje casi hasta por el ojete. Pues por si no tuviera bastante, ahora me la he jugado con la nueva peli de Superman, la cual reinicia la franquicia y trata de dotar al personaje de la fama y el esplendor que se merece un superhéroe de esta solera…

Y bueno, he de decir al respecto que cuando uno presencia de nuevo la historia sobre los inicios de un personaje conocido hasta la saciedad de una forma tan espectacular, oscura y adulta como lo hace este film, hay que reconocer que tras su visionado a uno le queda la sensación de que los ocho euros de la entrada han sido empledados en algo que te ha tenido pegado a la butaca durante sus 143 minutos. Al menos a mí esa es la sensación que me ha dejado este magnífico film…

Y es que una película en la que andan de por medio nombres como el de Zack Snyder (director), Christopher Nolan (productor) y David S. Goyer como guionista, tiene que dar como resultado un film exitoso por cojones. Además tras el fracaso que supuso en su día Superman Returns (del director Bryan Singer) y tras el exitazo de la última saga de Batman, la productora decidió hacer todo lo posible para tratar de levantar y de salvar esta franquicia. Y ciertamente habrá gente a los que el film les haya gustado más o les haya gustado menos, pero yo personalmente insisto en el hecho de que el enfoque oscuro y adulto con el que se nos narran aquí los inicios de Superman me ha hecho recuperar la ilusión por las andanzas de un personaje que nunca me había impresionado demasiado en el séptimo arte.

El Supes arrugando el hocico

El Supes oliendo un pedo

Ciertamente me encanta que de vez en cuando haya directores como Zack Snyder o Christopher Nolan que se marquen films con las características antes mencionadas y que demuestren que en las películas de superhéroes no todo han de ser ostias por doquier contra el maloso de turno, sino que también se puede dedicar parte del metraje a mostrar a sus protagonistas inmersos en una serie de intrincados dilemas morales con los que se muestra la idea de que ser un superhéroe no es tan bonito ni tan fácil como pueda parecer.

Así acorralamos nosotros a las chatis en la disco

Así acorralamos nosotros a las chatis en la disco

Y este film de Superman, a mi parecer, refleja esta idea a la perfección, mostrando desde un enfoque bastante real y maduro el hecho de que un buen día saliera a la luz la existencia de un ser alienígena ultrapoderoso y cómo reaccionaría todo el mundo ante esa noticia. Es bien sabido que los seres humanos tendemos a temer todo lo que escapa a nuestra comprensión y el bueno de Zack Snyder sabe plasmar este concepto de forma excepcional y hacer girar gran parte del metraje en torno a él. A este elemento del proceso de aceptación de la raza humana ante un individuo como el Supes (insisto, para mi humilde gusto se retrata cojonudamente en este film), hay que unir otro elemento que me ha encantado por cómo está desarrollado a lo largo del metraje, y que no es otro que la forma de plasmar al bueno de Clark como un joven confundido, inmerso en un mar de dudas y sintiéndose poco identificado con los habitantes de este planeta con los que ha crecido. Además toda esta parte está magníficamente llevada a través de una serie de pequeños flashbacks intercalados a lo largo del argumento, que sirven sobre todo para ahondar en la relación de Clark con sus padres y en el hecho de cómo a pesar de no ser hijo natural suyo le dieron el mismo cariño y le inculcaron una serie de valores que hoy por hoy le han hecho ser la persona que es.

Así acabamos nosotros los sábados noche

Así acabamos nosotros los sábados noche

Ambos elementos comentados en el párrafo anterior son los dos principales elementos en torno a los cuales gira el hilo argumental del film, precedidos con un espectacular arranque en el planeta Krypton, que sirve para mostrarnos a este planeta sumido en un mar de disensiones internas y al borde de la autodestrucción debido a una serie de malas decisiones por parte de la clase dirigente (gran acierto de Zack Snyder en centrar la primera parte del metraje en ahondar en todo este tema de la destrucción de Krypton, que siempre suele ser despachado de pasada cuando se nos narran los orígenes del Supes). Y más acierto aún por parte del director en dejar el plato fuerte de acción para esa espectacular parte final del metraje con toda esa lucha entre nuestro protagonista y el malvado General Zod (interpretado magníficamente por Michael Shannon). Un colofón que hará las delicias de todos los que acuden a ver este tipo de films movidos por la espectacularidad de las peleas…

Y chicas, en una escena sale en tetas

Y chicas, en una escena sale en tetas…

En lo que al reparto se refiere, el film está plagado por rostros conocidos, pues aparte de a Henry Cavill veremos desfilar a otros actores como Kevin Costner y Diane Lane  como padres adoptivos de Superman o a Russel Crow y Ayelet Zurer como sus padres biológicos. No faltarán tampoco nombres como Amy Adams (Lois Lane), Lawrence Fishburme (Perry White) y Antje Traue en el papel de la malvada Faora, que protagoniza una de las luchas más espectaculares del film.

Viendo el fútbol en la tasca

Viendo el fútbol en la tasca

En definitiva, El Hombre de Acero me ha resultado una cojonuda adaptación de los orígenes del personaje y un magnífico reinicio de esta franquicia, que personalmente me ha dejado con ganas de más. Por cierto, los más frikis estad atentos durante el metraje a ciertos rótulos en edificios y vehículos de Lexcorp (la empresa de Lex Luthor, némesis por antonomasia de Superman, que seguramente aparecerá en próximas entregas) y al logo de Wayne Enterprises que aparece en el satélite que Zod y Kal-El destruyen en su tremenda batalla final. Por cierto, mención aparte merece el magnífico tema central de la banda sonora de la mano de Hans Zimmer, que derrocha en sus notas un poderío como el de nuestro fornido protagonista. Por cierto, no esperéis ver el sempiterno rulito del flequillo ni los calzones por fuera y al loreto con la peculiar explicación de la «S» del traje. Pues eso, que si te gusta el personaje y aún no has visto el film no sé a qué cojones esperas…

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