¡QUÉ LAGRIMONACOS!

Todo el que quiera saber qué es lo que opino yo sobre los dramones que pregunte a mi colega Emilio y muy gustosamente le responderá (no me cansaré de insistir que a la puta peli esa que me llevó a ver de Shinobi la sobraba todo el tema del dramonaco entre los protas, y la peli debería haber sido todo el rato dándose hostias entre los guerreros de los clanes esos). Tampoco me cansaré de repetir que el Gears of War es el puto mejor juego del planetoide (tanto la primera parte como la segunda). Fíjate que pensé que ningún otro juego me iba a hacer pasar tan buen rato como cuando jugué en su día a aquel clasicazo llamado Metal Gear Solid, del que me encantó sobre todo ese tremendo doblaje al castellano que te metía de lleno en el juego. Pero desde Metal Gear hasta Gears Of War ha llovido mucho y la verdad es que este último es una auténtica pasada (todo aquel al que le llame mínimamente un poco el mundo de los videojuegos ha de jugarlo).
Dicen que la segunda parte no es más que una ampliación de la primera, ofreciendo más de lo mismo y que pocas novedades aporta con respecto a lo que nos trajo en su día la primera parte; pero a eso yo respondo que cuando algo es tan sumamente cojonudo…, cuánto más mejor, a pesar de no aportar grandes novedades a lo ya visto.
A lo que voy es que ayer jugando a este Gears of War 2 hubo un momento del juego que emociona más que todas esas putas pelis dramonescas que se traga el Emilín. Se trata de la escena en la que el prota del juego (Marcus) y su compañero Dom consiguen adentrarse en la base de los Locust (los malos del juego) con el fin de localizar a María, la esposa de Dom que permanece allí retenida.
La escena muestra el momento en el que Dom abre esa especie de cápsula donde estaba prisionera y se encuentra con su mujer en un estado un poco….(mejor que lo veáis vosotros mismos). A lo que voy es que esta escena consiguió ponerme los pelos como escarpias y no me puse a hacer pucheritos de milagro (será que me estoy convirtiendo en un flojo o que este juego es verdaderamente una puta pasada y llega más a los corazoncitos de la gente que muchas putas pelis). Hombre, así vista la escena sin estar metido en el contexto y el argumento del juego, a lo mejor no os dice gran cosa, pero os puedo asegurar que todo aquel que lo juegue y llegue a este momento, fijo que se queda ahí «to cartulina» de la emoción.
Por cierto, como no he encontrado la versión en castellano (español) de esta escena os he tenido que poner una que hablan un poco con acento chicano (debe ser la versión mexicana o de por ahí). Pero aún así echad un vistazo al video porque ya os digo que la escena es cojonuda, por no hablar de la música que se oye de fondo que aumenta la emotividad del momento…¡¡¡JODER, QUÉ PEDAZO DE ESCENA, HOSTIAS!!! (esta última frase es en homenaje al juego, que de cada tres palabras que dicen, dos son tacos).