Ayer después de comer aproveché para leerme algunos de los números de la etapa del tándem Millar/Hitch a cargo de uno de los grupos más carismáticos de Marvel. Ya me habréis oído hablar de ellos en el post dedicado a la colección de The Ultimates, donde decía que son uno de los mejores equipos creativos del actual panorama comiquero (todo lo que tocan estos dos lo convierten en oro). Así que durante un tiempo he estado acumulando números mensuales de esta etapa de los 4F, pues como he dicho en muchas ocasiones, a la hora de leer una colección en formato grapa, lo mejor es tener unos cuantos acumulados y leerlos del tirón (ya que leerlos mes a mes saben a poco y encima se va perdiendo el hilo de la historia). Así que ayer me leí el primer arco argumental de la serie, donde hay que destacar que Millar sabe mantenerse fiel a la esencia de los personajes y al mismo tiempo aporta elementos de su propia cosecha. Y es que este primer arco arranca con la aparición de una ex-novia de Reed, quien le muestra el proyecto en el que trabaja: varios reputados científicos han creado una especie de réplica de La Tierra porque han descubierto que el Cambio Climático va a hacer inhabitable nuestro planeta en muy poco tiempo.
Los planes de los “salvadores” de la Humanidad no incluyen sólo la reubicación de la población mundial en este nuevo hogar (llamado Neomundo) sino también la creación de un “nuevo orden” político y social basado en un control de la proliferación de armas y de los ejércitos. Este primer arco tiene un final épico con el enfrentamiento de varios héroes contra el poderoso cyborg encargado de mantener el orden en ese Neomundo, y engancha a la perfección con el segundo arco, que arranca con la repentina aparición del Dr. Muerte (maltrecho y malherido) en el Edificio Baxter pidiendo ayuda a sus enemigos jurados. Sin embargo, este segundo arco argumental entronca con el anteriormente comentado, pues Millar deja una puerta abierta a una “continuación” con toda esa historia de «Neomundo», introduciendo un marcado trasfondo “político” de intereses ocultos y trapos sucios. Sin ánimo de destripar nada de la historia, diré que me ha resultado curioso el final de este segundo arco, con ese peculiar funeral de uno de los miembros del grupo (y es que sólo a Millar podría ocurrírsele un funeral digamos…, tan peculiar). Así que ahora mismo tengo ahí pendiente para empezar la saga en la que el Dr. Muerte avisa a Reed de que se prepare ante la amenaza de la llegada de su mentor y maestro (que sin duda alguna resulta inquietante pensar qué clase de tiparraco o ser será alguien que haga postrarse incluso a un individuo tan altivo, egocéntrico e indomable como es Victor von Muerte). Me alegra pensar que tengo una buena historia de Millar esperando a ser degustada el próximo fin de semana (¿y es qué hay algo mejor que sentarse a degustar un buen comic una tarde de sábado después de comer?).