Los 4F: Una vida fantástica

Que sí, que no te digo yo que los tomos de Marvel Deluxe no valgan una pasta y que casi haya que prostituirse para comprarlos. Pero anda que no mola eso de poder degustar un arco argumental completito en un bonito tomo de tapa dura con papel del bueno. Así que el otro día me permití un arrebato consumista y me hice con este tomo que recopila los primeros números de la etapa de Straczynski a cargo de los guiones de la familia de superhéroes más famosa del noveno arte.

¡Ainss, el bueno de Joe Michael Straczynski!. Un tío al que siempre he admirado por cosas como Midnight Nation, Supreme Power, Rising Stars o por el hecho de haber sido la persona que revitalizara con su buen hacer las aventuras de Spidey tras una época en la que los guiones del insigne arácnido estaban más perdidos que Javi Clemente en un Mundial. Así que no podía pasar por alto este tomo, cuyos números que recopila no pude leer en su día. ¿Y qué tal percal nos dejó el bueno de Straczynski durante su etapa a cargo de los 4F?. Pues vamos a verlo, muchachada.

Y es que si durante su etapa, John Byrne centró la atención de la serie en el personaje de la Chica Invisible (que pasó de chica a Mujer Invisible, seguramente porque menstruó o algo así), el bueno de Straczynski va a dar un mayor protagonismo a la figura de Reed Richards. El hilo argumental de estos primeros números se centra en cierto proyecto del gobierno para llevar a buen puerto un experimento con el que recrear el mismo entorno en el que los 4F recibieron sus poderes. Y es que si estos cuatro han hecho tanto por el mundo, imaginaos lo que podrían hacer un buen puñado de soldados con los mismos poderes que ellos al servicio del bien. Para ello necesitan la ayuda del Dr. Richards, para que todo salga igual sin el más mínimo margen de error, pero pronto descubriremos que en experimentos de este jaez hay ciertas variables que no pueden ser tenidas en cuenta.

Cuidadín Sue, que te quieren soplar en "to" la nuca...

Y por la forma en la que se desarrolla todo este argumento, sirve para dejarnos claro nuevamente que el mejor poder de Reed es su intelecto y su cerebro, mucho más que ese poder suyo de estirarse (por eso es más conocido como Reed Richards que como Mr. Fantástico u Hombre Elástico). Y desde luego, en esta primera aventura del tomo estará también muy presente ese concepto de que los 4F, más que superhéroes son más bien unos exploradores de lo desconocido o imaginautas, pero ante todo son una familia que afronta cualquier reto juntos.

Reed Richards con cara de estar palpando un buen tetamen

Dentro de este primer hilo argumental principal veremos también desarrollarse a la par una subtrama bastante curiosa basada en el hecho de que el bueno de Ben Grimm se hace millonario de la noche a la mañana, habiendo de por medio momentos muy divertidos tales como cuando se va de compras en plan ricachón, o el chistecito sobre Bill Gates.

La cosa pegándose unos lingotazos

Más interesante resulta quizás la otra subtrama referente al tema de los Servicios Sociales, con todo ese asunto de que el entorno del Edificio Baxter no es el más seguro para dos niños como Franklin y Valeria. A este respecto hay que recordar momentos de angustia para los pobre chavalines como los de aquella saga de Claremont y Larroca en la que Muerte rapta a Valeria y la acoge como su nuevo padre, o cierta saga anterior de Mark Waid en la que vimos lo mal que lo pasaron los niños con aquel ataque del Dr. Muerte y la estancia de Franklin en el infierno. De esta forma, los 4F se enfrentarán ahora contra la amenaza más peligrosa de todas: la burocracia (mucho peor que Galactus, como reconocerá la pobre Sue, que no logra asimilar el hecho de que pueda perder la custodia de sus hijos).

La familia bailando reggaeton

Y por si todo esto fuera poco, el tomo se cierra con un nuevo rifi-rafe entre la Cosa y Hulk, este último desorientado por una nueva explosión gamma causada por Hydra, que le deja más salvaje y gilipollas que nunca. Todo ello está aderezado por un montón de flashback que se suceden en la mente del gigante esmeralda recordando a viejos amigos y enemigos. Todo ello sirve de preludio de la World War Hulk, con ese comentario jocoso que hace Ben sobre lo de meter a Hulk en un cohete y que sea problema de otros, porque en la Tierra no hay nada ni nadie que pueda pararle los pies (muy desencaminado no iba con su comentario, lo cual demuestra sus dotes de pitoniso). Así que como véis es un tomo bastante completito, que sin ser ni mucho menos de las mejores etapas del cuarteto, al menos es una lectura amena y entretenida. A mí me ha gustado…

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