La apostilla esa del título que dice lo de las historias jamás contadas seguramente habrá hecho pensar a los más cotillos que en este cómic se van a destapar los trapos sucios del bueno de Frank o sus zorreteos y secretos más oscuros como si esto fuera una de esas revistas que leen las marujonas en la «pelu» mientras se cogen los rulos cuando están haciéndose una permanente guapa-guapa de esas con secador. Pero no amiguitos, lamentamos anunciar a todos los que se habían hecho ilusiones de ello que este cómic no tiene nada que ver con el hecho de airear cotilleos como si Frank Castle fuera la Pantoja…
Y es que este volumen sirve para darnos una curiosa visión de Punisher a través de una serie de relatos ambientados en distintas épocas de la historia del más oscuro vigilante de Marvel Comics. Una gran deuda gigantesca, una pistola con balas cuyo origen nadie puede rastrear y una opción impensable son algunos de los argumentos que podremos degustar en ellos, de manera que el bueno de Frank se verá envuelto en una serie de situaciones en las que no le quedará más remedio que hacer lo que mejor saber hacer: putear a los malos…
Se trata, por tanto, de cinco relatos cortos de pocas páginas cada uno con historias un tanto intrascendentes pero algunas de ellas bastante curiosas de leer. Y es que dentro de esta línea MAX estamos acostumbrados a arcos argumentales amplios que abarcan la totalidad del tomo en cuestión, pero de vez en cuando tampoco viene mal meterse entre pecho y espalda uno de estos cómics de relatos breves que dejan constancia en pocas páginas de que el bueno de Punisher siempre despachará su justo castigo a todo aquel que se lo merece.
Niño al que acaban de dar una ostia
Sin embargo, lo que más llama la atención en la mayoría de estos relatos es que la figura de Punisher queda en un papel secundario (a veces como un personaje que aparece tan solo unas pocas viñetas sin mediar palabra, y otras como una sombra sin rostro que lo dice todo con sus actos). Es por ello que el hilo conductor del argumento de la mayoría de estas historias es llevado por algún pobre diablo que se va llenando de mierda hasta el cuello o por tipejos que guardan oscuros secretos del pasado. Pero como nexo común de todas ellas nos queda el hecho de que si actúas como un cabrón al final Punisher te encontrará y te ajustará las cuentas como sólo él sabe hacerlo.
Punisher en remojo como los garbanzos
Lo cierto es que de todas y cada una de ellas puede extraerse una especie de pequeña moraleja, como por ejemplo que la venganza no es buena nunca y sobre todo que no trates de jugársela al bueno de Frank con mentiras. Por cierto, también quedará patente la tesitura de que si tienes que elegir entre pegar un tiro a Punisher o sacar dinero de su captura lo mejor es que le dejes seco sin pensártelo dos veces…
Punisher en plan piñata
En definitiva, Punisher Max: Las historias jamás contadas es un cómic que recomendaría únicamente para los fans más acérrimos de Frank, al tratarse simplemente de una serie de historias intrascendentes sobre el personaje que pasarán sin pena ni gloria. Todo ello aderezado por un baile de guionistas y de dibujantes poco conocidos (aunque algunos de ellos francamente buenos) que componen un cómic apto solamente para todo aquel que quiera ahondar en la lectura de una serie de historias cortas con la única pretensión de pasar el ratejo.