Scarlet

Los más flipaetes del cine clásico de antaño estarán pensando en estos momentos que el post de hoy va sobre una tía que levanta el brazo hacia el cielo y grita como una locaza que nunca más volverá a pasar hambre. A estos frikis del séptimo arte les diremos que Scarlet es el último título fruto de la colaboración de la dupla Bendis y Maleev, quienes ya hicieron sus pinitos juntos en Sam & Twitch. He de confesar que precisamente fue en esta serie donde conocí al bueno de Bendis por primera vez, cuyos guiones me engatusaron más que CR7 a un julandracas.

Lo que sí es cierto es que hoy en día es uno de los guionistas de moda, pues si pegas un patadón a lo Arteche a una piedra te sale un cómic de este tío (aunque si son tan molones como Scarlet nada que objetar al respecto, pardiez). Y es que antes de imbuirme en su lectura había visto ciertas opiniones y reseñas que no lo ponían «mu pa allá». Llamadme flojeras, tío loco o lo que queráis, pero he de cantar a los 4 vientos que tras haberlo degustado como se merece me ha resultado de las cosas más inquietantes que he leído últimamente de este guionista.

No sé si a muchos de vosotros os sonará el sello editorial Icon Comics, en el cual los artistas tienen completa libertad, pueden explayarse agusto, publicitar su obra como les salga del ojete y además son dueños de sus creaciones. He de confesar que la primera vez que vi la portada pensé que Scarlet sería la típica historia de una chica a la que putean cosa mala y va por la vida llena de odio matando malosos a lo Punisher. Y ciertamente con las 3 primeras páginas del cómic parece que la cosa va de eso precisamente, pero a medida que uno avanza en su lectura se da cuenta de que finalmente no irán por ahí los derroteros.

Scarlet despanzurrada tomando el fresco

Y es que Scarlet es la historia de una revolución, fruto del esfuerzo de una muchacha cualquiera que un día es víctima de una tropelía (que nos desvelaré para no joder la lectura), con la intención de hacer despertar al mundo y hacer reaccionar a la sociedad con respecto a todos esos cabronazos que se aprovechan de su cargo o de su posición para cometer todo tipo de abusos para su lucro o beneficio personal, saliendo casi siempre impunes de sus chanchullos, mientras que las buenas personas son las grandes damnificadas y las que finalmente acaban pagando el pato.

Mucha policía, poca diversión

Scarlet es la historia de una joven cansada de que la gente tolere esos abusos, no se haga nada por remediarlo ni se alce la voz para acabar con ello. Es, sin duda alguna, un claro ejemplo de que una persona puede ser la chispa que encienda la mecha, para que con sus actos los demás reaccionen y se unan en un intento por cambiar esta sociedad de mierda y por tratar de hacer del mundo un lugar mejor en el que los abusos y la corrupción no tengan lugar. Esa es la revolución de Scarlet

Scarlet poniendo ojines de gato de Shrek

Pero lo que más llama la atención del cómic es el recurso que usa Bendis que se conoce con el nombre de romper la cuarta pared, a través del cual el personaje se dirige y habla con el lector traspasando la barrera que separa la realidad y la ficción. Y es que Scarlet habla con el lector y le hace partícipe de sus elucubraciones a lo John Cusack en Alta Fidelidad, buscando la complicidad con nosotros y tratando de hacernos entender porqué hace lo que hace y sus motivaciones (como si fuéramos la única persona en la que puede confiar). Y el hecho de que la protagonista del cómic se dirija al lector mostrando su punto de vista del porqué de sus actos como si nos lo estuviera contando a nosotros directamente, ciertamente invita a tomarse unos segundos de reflexión durante la lectura por lo inquietante de algunos de sus razonamientos.

Scarlet saludando al respetable

En definitiva, Scarlet es un cómic que personalmente me ha encantado. Tal y como he dicho al principio, son unas cuantas las hostias que le han dado en otras reseñas, pero realmente es algo que no comparto. Y es que para mí es una de esas lecturas que cuando llegas a la última página te deja una grata sensación en el cuerpo que justifica el hecho de porqué uno se gasta tanto dinero en este vicio cada mes con lo mal que esta la vida, en lugar de ahorrar ante tanta crisis. Además creo que gustará a todos aquellos que apoyan a los indignados del 15M por el parecido de ciertas situaciones del cómic con lo que estamos viviendo aquí en nuestro país. Por cierto, el dibujo de Maleev es la polla…

2 comentarios

  1. ArgosCamacho dice:

    Pues si, tiene buena pinta.

    1. SrGrifter dice:

      Bastante buena pinta, diría yo…

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