La Capa 1969

capa_logoCuando en su día hicimos la reseña del cómic titulado La Capa ya dijimos que esto no iba sobre el noble arte de cortar los huevos a alguien (algo tan practicado por algunas feministas de la escuela de Cristina Almeida). El caso es que si sois unos porreros empedernidos o boxeadores «sonaos» seguramente ya no recordaréis que hace unos meses comentamos que ese cómic era una adaptación de cierto relato corto aparecido en el libro Fantasmas (una antología de relatos de terror), que fue la primera obra publicada por el gran Joe Hill…

Pues bien, debe ser que este cómic debió de molar al populacho y que mucha de la gente se lo restregaba lascivamente por los pechotes, ya que este mismo mes ha sido publicado (de la mano de la editorial Planeta DeAgostini) el tomo titulado La Capa 1969. Así que si en su día disfrutaste con esa historia de terror en la que un puto «tarao» se servía de una capa que le daba la capacidad de volar para hacer cabronadas varias, no puedes perderte este tomo para conocer el origen de esa terrorífica capa…

La capa

La verdad es que así leído en frío el título de este cómic muchos pensaréis que bien podría tratarse de un decálogo hecho por Lorena Bobbit sobre cómo cortar los huevos a un maromazo (de ahí lo de «la capa»). Pero no amiguitos, resulta que se trata de la adaptación del relato corto homónimo aparecido en el libro Fantasmas (una antología de relatos de terror), que fue la primera obra publicada por el gran Joe Hill. Sobre este personaje sobran las presentaciones, pues todo el mundo sabe que se trata de un escritor estadounidense famoso por ser hijo de Stephen King.

Y es que de Joe Hill, los muchachos de este blog hemos leído cosillas en el noveno arte que no nos han dejado malas sensaciones, como por ejemplo Locke & Key. Incluso hoy por hoy anhelamos la publicación por estos lares de Road Rage, una adaptación del relato titulado Throttle, que Stephen y Joe escribieron para un libro homenaje al Maestro Richard Matheson. Así que con este bagaje del bueno de Joe Hill a nuestras espaldas es normal que tuviéramos unas ganas locas de leer este cómic…