La muy noble y antigua ciudad de Deeneim, erigida en tiempos inmemoriales sobre un DNI caducado de Nuestro Señor José Hilario, el Altísimo, el Misericordioso, se enfrenta a su hora más grave. El enemigo está a las puertas, los centauros del desierto de los tártaros baten la llanura con pezuña de hierro, y sólo un oscuro personaje se interpone en su camino, de nariz afilada y extraña pelambre, capitán por más señas, aunque nunca pasó de recluta. Surgido de ninguna parte y con pocas trazas de héroe o redentor, sabe al menos esto: el tabaco perjudica seriamente la salud del infiel.
Continuamos reseñando la edición integral de Las aventuras del Capitán Torrezno y hoy toca el volumen 2 compuesto por los álbumes Limbo sin fin y Extramuros cuya primera edición corrió a cargo de De Ponent en los años 2003 y 2004, respectivamente. Ahora, gracias a Astiberri tenemos esta reedición a gran tamaño de este segundo tomo de siete en total, abarcando este volumen los capítulos tres y cuatro de la saga.
No podemos olvidar que la historia de “Extramuros” fue nominada como mejor obra y mejor guion a los premios del Salón del Comic de Barcelona en 2005.
En el pequeño mundo creado en el trastero que ya conocimos en el tomo anterior, las disputas teológicas y las guerras son una constante, reflejando la naturaleza humana en su forma más básica y primitiva. Por otro lado veremos que las referencias al mundo del cine y la literatura son evidentes a lo largo de toda la historia. Star Wars y El Señor de los Anillos se manifiestan en las batallas tan cruentas como espectaculares que salpican la narración.
Pero más allá de las influencias externas, “Las Aventuras del Capitán Torrezno” es una celebración de la imaginación, recordándonos así que en el mundo de la fantasía no hay límites ni fronteras que no puedan ser traspasadas. A través de sus páginas, nos sumergimos en un universo repleto de maravillas y muchos peligros, donde en cada giro de guion nos esperan grandes aventuras y en cada uno de sus extensos diálogos entre sus personajes, una oportunidad para intentar descubrir muy poco a poco la verdad oculta detrás de las sombras.
Santiago Valenzuela es un autor que constantemente busca la innovación en su escritura de guiones. No se conforma con fórmulas preestablecidas o manidas. Desafía siempre las expectativas para sorprender a los lectores. Esto se manifiesta en la forma que desarrolla sus historias, donde podemos ver el uso de estructuras narrativas poco convencionales y su experimentación con el lenguaje, obteniendo una presentación visual de lo más personal y sugerente.
Aunque los trazos pueden parecer caóticos a primera vista, una mirada más cercana revela la meticulosidad y el detalle que Valenzuela incorpora en su arte. Cada viñeta es una ventana a la complejidad narrativa de sus historias, donde incluso los elementos aparentemente caóticos contribuyen a la riqueza visual y a la construcción de este mundo único.
El amigo Torrezno provoca risas y psicotrópicas reflexiones sobre la naturaleza misma de la existencia en este universo en miniatura. La esencia cómica radica en su progresiva inmersión en este especial y diminuto Mundo; Este hombre fuera de lugar se ve inmerso en un mundo que desconoce por completo. Al igual que en el tomo anterior, la ocurrente ironía continúa cuando sus creencias chocan con las peculiaridades de este cosmos, desatando situaciones tan hilarantes como impredecibles.
Este tebeo es un desafío constante a la mente del lector, invitándolo a explorar un territorio desconocido. Por esto y otros motivos más estamos ante una de las series fundamentales del cómic español del siglo XXI.
El final de Extramuros invita a la reflexión y deja a los lectores anticipando con ansias el próximo capítulo de la saga que saldrá en el mes de Mayo. Este micro mundo se supo cómo se inició, pero como terminará es difícil de saber. La única certeza es que estamos ante una lectura magistral y que no deja indiferente a nadie.
Este recopilatorio incluye una portada realizada para la ocasión, un apéndice de diez páginas, ocho de ellas a color, con las portadas originales y diferente material gráfico de interés que Valenzuela ha rescatado de sus archivos.
En definitiva: un ‘must’ en toda regla.
Por Francisco José Arcos Serrano