Hay momentos en los que a uno le apetece verse alguna película de esas que vio hace milenios y que recuerda que le dejó buen sabor de boca. Muchas veces el paso del tiempo consigue borrar casi todos los detalles y simplemente recordamos la sensación de que esa película nos gustó. Eso me ocurrió a mi el otro día cuando me dispuse a ver Escalofrío.
Si os digo la verdad no recordaba haberla visto, hasta que empezaron los primeros minutos y me dije «¡Coño!, ¡Es esta peli!». Al principio tuve tentaciones de quitarla y volver a mi partida de The Witcher (puta maravilla de juego joder), pero pude contenerme. Así que me puse a verla contento de dos cosas: que me iba a gustar y que no la recordaba demasiado bien como para joderme la experiencia.
Preparé mi traje de gala para pelis de miedo (consiste en una máscara de Jason y unas garras de Freddy Krueger), un bol entero de palomitas, una pistola de agua bendita por si hubiera visitas indeseables, y me preparé para pasar una noche cargadita de suspense y terror.
Un hombre con aspecto lúgubre y atormentado se presenta en una noche de tormenta en la oficina de Wesley Doyle, un agente del FBI. El hombre, de nombre Fenton, declara que es el hermano del conocido asesino en serie «La Mano de Dios«. Comienza aquí una sucesión de flashbacks donde Fenton narra con pelos y señales el origen de mal que atormenta a su hermano y cómo los acontecimientos de su niñez le llevarán a cometer sangrientos asesinatos. Pronto se verá que la juventud de ambos hermanos estará marcada por la locura de su padre, el cual afirma que recibe mensajes de Dios a través de visiones y que éste le ordena destruir a demonios que se ocultan bajo forma humana.
Es inquietante ver cómo al padre de los chavales se le pira la pinza de un día para otro y cómo decide, por amor de Dios, acabar con las personas que le son reveladas en sus visiones. Su locura no sólo le arrastrará a él a cometer esas atrocidades, si no que llevará consigo a sus dos hijos pequeños. Fenton contará cómo vivió toda esas experiencia desde los ojos inocentes de un crío.
En mi opinión la película está muy bien llevada, soltándonos detalles muy poco a poco que van enriqueciendo el film. Quizás se eche en falta un poco más de tensión, dado que el thriller nunca llega a ocasionar terror de ningún tipo. Seguramente la magnífica idea podría haberse llevado a un terreno mucho más escabroso, gore y terrorífico, pero se mantiene a raya sin llegar nunca a sobrepasarse. Lo que más inquieta y está muy bien reflejado es cómo el padre de Fenton comete los asesinatos convencido de que está acabando con demonios y no con personas. Realiza sus actos bajo la tranquilidad que sólo la locura y una fe ciega pueden otorgar.
En definitiva, una película que todo amante a los thrillers y películas de terror debería ver. A mí me ha gustado bastante, la verdad. Resaltar como último comentario el buen papel que hacen Matthew McConaughey (Fenton de mayor) y Bill Paxton (el padre de Fenton), siendo este último también el director del film.