Jennifer Blood

La verdad es que cualquier persona ajena al mundillo que vea un cómic con la palabra Jennifer en su título se pensará que esto va a tratar de la típica choni ensangrentada por haberse pegado de hostias con otra por conseguir los mimitos y arrumacos del «cani» de turno. Pero no amiguitos, Jennifer Blood es el nuevo cómic del guionista Garth Ennis, ese enfant terrible del mundo del noveno arte al que si das carta blanca para que guionice como le salga del ojete se sacará de la manga alguna de sus más que típicas barrabasadas a las que ya nos tiene acostumbrados a sus seguidores.

El caso es que como gran fan que me considero de otros cómics suyos tales como Predicador, Crossed o The Boys, no podía menos que degustar esta última paranoia salida de su mente. Y ni que decir tiene que tratándose de una historia de este insigne irlandés abundarán por doquier los momentazos repletos de gamberrismo sádico, hijoputismo, mala leche, humor negro y chabacanadas varias (vamos, lo que viene siendo habitual cuando uno sostiene en sus zarpas un tomo guionizado por este tío)…

Sobre su argumento hay que decir que nos viene a contar la historia de la típica ama de casa estadonunidense, casada, con dos hijos, que divide su tiempo entre las obligaciones que le demanda su familia. Pero, cuando llega la noche, sus hijos están en la cama y ha dado un beso a su marido, se transforma en alguien completamente diferente. Y es que su «hobby» no es otro que el de salir a las calles a matar delincuentes (ahí es «ná»)…

La hora del piscolabis

Ciertamente si hubiera que definir este cómic se le podría considerar (tal y como se comenta en la introducción del tomo) como una mezcla entre la serie Mujeres Desesperadas con ciertos toques de Punisher y una pizquita de Dr Jekyll & Mr Hyde. Personalmente me quedo con esa forma de narrarse la mayor parte de la historia a través de las notas mentales de la protagonista en plan Diario de Guerra de Punisher (sólo que en Jennifer Blood esas narraciones de sus momentos más violentos se compaginan con las «marujadas» que conlleva la vida de la típica ama de casa, con lo cual el contraste resulta la mar de llamativo).

Consecuencia de tener un barbero con Parkinson

Por cierto, he de confesar que antes de leer este cómic no sé porqué tenía la idea preconcebida de que la protagonista ejerce de justiciera de la noche a modo de válvula de escape por el tedio que le supone el día a día de su vida familiar. Pero no amiguitos, da la casualidad de que las motivaciones de este personaje a la hora de hacer lo que hace están provocadas por una venganza hacia una serie de personas a las que poco a poco iremos conociendo a través de los distintos flashbacks que nos va contando Jennifer (con los que nos quedará patente el porqué de esa vendetta personal contra todos ellos y porqué se merecen esos «puteos» a los que les somete).

¡Ale, a tomar por culo!...

En definitiva, Jennifer Blood es un cómic pasable que personalmente sólo recomiendo a los fans de Ennis. Es su típica historia de personajes chulescos a los que no hay quien les tosa, repleta de momentos «made in Ennis», en los que se hace patente su mala leche y su mucha mala baba. Para pasar el rato y poco más…

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