Lovely Molly

Si hay algo que creo tener bastante claro en esta vida es el hecho de que en cada reunión friki que hacemos los creadores de este blog todos los lunes, cada vez que le toca a nuestro redactor Kiko elegir película para echar la tarde tan ricamente este tío busca la mayor puta paranoia con la que dejarme un poco más «subnor». Y es que cuando este bonito lunes pasado le pregunté que qué película me tenía preparada para ese día y me dijo que llevaba por título Lovely Molly no hacía falta ser el puto Sherlock Holmes para saber que esta mierda iba a causar grandes estragos en mis neuronas.

A pesar de todo mantuve una postura estoica sobre el asunto y nos dispusimos a verla. ¿Y sabéis qué?. Yo rezaba, rezaba a los dioses para que resultara uno de esos films de los que esperas que sea una pedazo de paranoia del copón y luego acaben sorprendiéndote muy gratamente. Pero supongo que por el hecho de ver tantas tetas y culos por la red dios desatendió todas mis plegarias y me mandó esta puta película en forma de castigo.

Su argumento nos pone en el pellejo de la recién casada Molly Reynols, quien vuelve a la antigua casa familiar, tras haber estado abandonada durante años, provocando que los recuerdos de una terrible infancia empiecen a fluir en su nueva vida. Una fuerza malévola no para de acosarla física, mental y sexualmente. Sola y aislada en una casa centenaria, no tardará en experimentar un inexorable descenso a la depravación. En algún lugar de la casa, en el terrible espacio entre la psicosis y la posesión, vive un mal que llevará a Molly y a todos a su alrededor hacia la oscuridad y la muerte.

El film cuenta con la aparición estelar de Leo Messi

Ciertamente lo primero que llama la atención de este film es el hecho de que cuenta con el aval de ser un producto de los creadores de esa película de culto que todo el mundo ha visto y que lleva por título «The Blair Witch Project'». Sabiendo ese dato es normal que uno piense que va a tratarse de un mockumentary o falso documental de esos que te dejan más mareado que las niñas de los columpios del CityVille. Pues mire usted por donde los momentos tipo «cámara en mano» (o puto cámara «agilipollao» como los llamo yo) se reducen a instantes muy puntuales y al menos encontramos una explicación de porqué alguien se pone a grabar  en momentos muy chungos cuando lo normal es salir huyendo por patas más rápido que si tu novia te dijera que está embarazada.

Molly después de comerse un bocata de nocilla

La verdad es que releyendo la introducción del post creo que me he pasado un poco con el hecho de poner a caldo esta película, porque más que mala es lenta. Sin embargo cuenta a su favor que a pesar de ello al menos mantiene cierto grado de tensión en el espectador por el hecho de saber si todo lo que acontece en esa casa está provocado por un ente sobrenatural que disfruta puteando a la pobre Molly o si simplemente no son más que paranoias de esa pobre muchacha que está como una puta cabra.

Molly después de ver El Barbero de Sevilla

Así que todos aquelllos que penséis que al estar de por medio los creadores de la Bruja de Blair creáis que vais a encontrar aquí un film de terror puro y duro, más os valdría que salgáis por ahí a perseguir falducones o a coger setas al campo. Y es que se trata más bien de un thriller psicológico que al menos cuenta con una buena ambientación y plasma de buena manera la angustia que esa casa genera en la pobre Molly, pero poco más…

También sale una con cara de perro pachón

En definitiva, Lovely Molly es una película que nos muestra cómo de la cordura a la locura no hay más que una delgada línea, aunque lo hace de una forma demasiado lenta para nuestro humilde gusto. Bien es cierto que tiene sus momentos de suspense y su argumento crea suspicacias por todo lo que ocurre en esa casa, pero a nosotros nos ha resultado una película flojita que no nos ha acabado de convencer. Al menos la prota sale en pelotas, que ya es algo oye…

Un triste comentario

  1. KiKo dice:

    Pues a mi me gustó… es cierto que es una puta paranoia, pero no sé, me gustó.

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