Mini reseñas: 47 cuerdas

Desde que leí el cómic de El Paciente y, sobre todo, el de Esos días que desaparecen, el bueno de Timothe Le Boucher se ha convertido en unos de esos autores que cualquier cosa suya que publiquen va de cabeza al carrito de la compra sin pestañear y sin despeinarme los pelos (más o menos se ha puesto casi al nivel de mi idolatrado Jim, otro autorazo cuyos cómic son dignos de restregárselos uno por los pechotes). Así que cuando la editorial Nuevo Nueve anunció que iba a publicar este 47 Cuerdas, no puede menos que ponerme mis mejores galas, un copazo de coñac y sentarme a disfrutar de este tochalaco de casi 400 páginas que recoge la primera parte de esta curiosa historia…

La verdad es que resumir el argumento de este cómic es una tarea un poco peculiar, porque bien es cierto que el argumento es curioso cuanto menos. Para no destripar mucho la historia, diremos que tiene como protagonista a una especie de criatura metamorfa (que puede asumir el aspecto de quien desee) que se obsesiona con un joven músico llamado Ambroise. Todo esto irá en paralelo a la trama que se desarrolla con la relación que se establece entre este muchacho y una excéntrica cantante llamada Francesca Forabosco, quien le toma bajo su protección y le ofrecerá un curioso trato consistente en completar 47 desafíos para conseguir algo por él muy anhelado. Bajo este hilo argumental, el bueno de Le Boucher compone una historia intrigante en torno al misterio de ese ser metamorfo y su obsesión por nuestro protagonista, que le hace a uno recordar por momentos otras obras como The Wicked + The Divine. Lo cierto es que a medida que uno va avanzando en la trama y conociendo a todo el plantel de personajes que por ella desfilan, la historia engancha y, sobre todo, te deja con unas ganas locas de leer su continuación tras ese inquietante final de este primer tomo. Todo ello aderezado por el dibujo sencillo y de línea clara de este autor y por una tremenda edición en papel mate de Nuevo Nueve que es una delicia. En resumen, Timothe Le Boucher lo ha vuelto a hacer sacándose la chorra una vez más el tío. Lo recomiendo…

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