Análisis: Battlefield 3

Si hay una saga de videojuegos que provoca que los muchachos de este blog nos tiremos horas y horas jugando a ellos como criajos coreanos al borde de la epilepsia, esos son los «Battlefields». El nunca bien ponderado Kiko ha tenido muchas buenas ideas a lo largo de su vida (como la de untar el bacon con mantequilla), pero ninguna es comparable a la que tuvo hace unos meses cuando me propuso que nos pilláramos el Battlefield Bad Company 2. Y es que quizás este haya sido el juego con el que más horas nos hemos tirado viciándonos online junto con otro colega nuestro que también es fan de la saga.

Así que en cuanto nos enteramos de que iba a salir la tercera entrega de Battlefield es normal que nos pusiéramos más nerviosos que el monitor de natación de los Gremlins. Por fin hemos tenido el placer de catarlo y os podemos decir que desde que lo tenemos nuestra vida social ha acabado por completo y son muchas las personas que nos han dado por muertos por el hecho de llevar días sin vernos. Veamos porqué este juego se ha convertido en uno de nuestros preferidos.