Lunes molones: 2001 maniacos

Una semana más volvemos con esta sección de los lunes molones y es un placer anunciaros en primicia que desde que ya no jugamos al puto Fifa de los cojones hemos notado que ya no nos sale espuma por la boca en plan anuncio de esos de Vidal Sasson ni rabiamos como cerdas. Ahora nos hemos viciado con el modo cooperativo en pantalla partida del último Splinter Cell, aunque he de decir que al nunca bien ponderado Kiko con este juego también le tiembla la vena de la frente cuando yo me paso el sigilo por el ojete y me lío a pegar tiros a todo lo que se mueva en plan Don Juan Carlos cazando elefantes.

El caso es que para nuestra última jornada de lunes molón este chaval me tenía preparada una película que tras verla yo sólo puedo preguntarme quién coño es la persona que da luz verde a estas putas mierdas. Se trata de una película titulada 2001 maniacos, un remake del film 2000 maniacos del año 1964. Ahora sé que ese maniaco de más de esta versión moderna es Kiko, por hacerme ver esta puta paranoia…

Zombie strippers

Hay sábados por la tarde en los que uno está ahí más aburrido que Ricky Martin en la Mansión Playboy. La desesperación por salir de esos momentos de tedio a veces trae implícito el hecho de que uno se aferre a la primera puta mierda que pille para tratar de combatir ese estado. Y justamente eso me pasó a mí ayer cuando decidí ver este film al cual dedico esta reseña. Y es que como buen friki casposo que me considero, pensé que la combinación zombies y tías buenas podría suponer una tarde gloriosa con la que los vecinos me sacarían ahí a hombros por la puerta grande del portal.

Ciertamente viendo el título y el cartel del film (con esos dobleces incorporados y todo) no hace falta ser el puto Perry Mason para saber que esto va a ser serie B elevada a la máxima potencia y multiplicado por el logaritmo neperiano de pi. ¿Pero se tratará de un film de esos en los que que a pesar de lo chungo que parecen entretienen, o es una de esas pelis que te quitan años de vida?. Pues vamos a verlo, chavales…