Leyenda del Puño: El retorno de Chen Zhen

Hace unas pocas semanas nuestro redactor Kiko se acordaba de mis muertos «pisoteaos» ante el hecho de que basta que no le guste el Supes para que yo coja y le ponga pelis del ilustre kryptoniano los lunes en los que me toca a mí elegir largometraje para nuestras clásicas reuniones frikis de ese día de la semana. Pues bien, hoy me gustaría decir a mí que basta que yo me pase por el ojete las películas de chinacos para que coja este tío y venga a tocarme un poco los cojones con una de ellas (y que encima luego tenga que hacer una reseña).

Bueno, vale que los chinos están ahora de moda con lo del «caso emperador» ese,  pero ello no es motivo para que me pongan una peli de este jaez a sangre fría. Además que este muchacho me la quería vender diciéndome que el trailer estaba plagado de hostias a tutiplén, con más cucamonas y piruetas que las de un mico que se ha tomado un tripi. Pero vamos, yo no sé qué puto trailer le «vendieron» a este chavalín que le debieron de poner las 4 escenas mal contadas de hostias que tiene el film y el muchacho se flipó…

A colación del título he de decir que La Leyenda del Puño bien podría ser la leyenda del cacho de puñetazo épico con el que me dieron ganas de reventarle la cabeza a este tío por ponerme un film así. Aunque la verdad es que acabo de ver el trailer y ciertamente hay que reconocer que te lo ponen como una ensalada de hostias muy seria, que bien podría hacer las delicias de todos aquellos que disfrutan con las pelis de Jackie Chan. Pero si eres un friki mierdoso como nosotros y lo que buscas es un largometraje en el que primen los guantazos por encima de todo, entonces esta no es tu película…

Ole ahí los saltos guapos…

A mí personalmente el argumento se me hizo abrumadoramente pesado y aburrido, el cual gira en torno a las escaramuzas que tienen lugar en la China de la posguerra (concretamente en Shanghái), un lugar entre el cielo y el infierno debido a la constante amenaza que se cierne sobre ella por parte del Japón y una aterradora lista de asesinatos que han preparado los japoneses contra algunas de las personalidades más distinguidas de esa ciudad. Todo este aterrador contexto sirve para meternos de paquete la leyenda de Chen Zhen, que para todo aquel que no tenga ni idea diremos que viene a ser algo así como un icono popular chino creado por el escritor Ni Kuang. Es algo así como una especie de «Zorro» de ojos rasgados que se alza contra la opresión y que en vez de repartir mandobles con una espada y una capa suelta unas hostias que te visten de torero.

Un chino volando

Y es que la figura de Chen Zhen ha sido encarnada a lo largo de los años por notables actores del cine de artes marciales como el gran Bruce Lee Jet Li. En este film que nos ocupa será el actor Donnie Yen quien se meta en la piel del mítico personaje, en una historia de venganzas dentro de ese contexto de opresión antes comentado y en el que se verá obligado a formar parte de un movimiento de resistencia clandestina en Shanghai para evitar que los japoneses invadan China. Por cierto, llama la atención en el film ese look enmascarado que luce, con un aspecto muy similar al de Kato en la mítica serie de TV de «El Avispón Verde”.

Un chino con antifaz bailando una sardana

Pero vamos, que insisto en el hecho de que por mucho Chen Zhen y pollas en vinagreta que salga aquí, a mí personalmente este film me dejó medio sopa y gilipollas (y eso que con los prometedores y espectaculares compases iniciales me hicieron los ojos chiribitas). Pero es que poco a poco el film va tomando unos derroteros dramáticos y hasta se vuelve un poco confuso por momentos, provocando una sensación de sopor hasta la escena final en la que el prota se pone su traje de la primera comunión y se lía a dar hostias como panes contra todo lo que por allí se menea.

El prota en su primera comunión

En definitiva querido lector, si buscas un film de acción en el que lo que primen sean las hostias ante todo, no te recomendamos esta película. Vale que las poquitas escenas de peleas que tiene son muy espectaculares y tienen coreografías muy chulas de acción desenfrenada, pero hasta llegar al momentazo de la pelea final hay que tragarse casi 90 minutos de traiciones y enemistades que te hacen desear que alguien se apiade de tí y te endiñen con una palo en «to» la nuca para dejarte grogui. Será que estoy encasillado en el cine oriental de hostias y más hostias sin ton ni son (pues mira, no te digo yo que no). A mí dame una peli de Tony Jaa y llámame tonto…

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