¡ODIO DESATADO!, de Peter Bagge (La Cúpula, 2024)

Ha pasado un porrón de años desde que Buddy encontró a Lisa, momento en que el destino de ambos quedó unido para siempre. Hoy tienen un hijo en común, Harold, que ya empieza a tener claro cómo debe vivir su vida, y son tíos de Alexis y Tyler, vástagos de su hermana Babs, quien, por cierto, acaba de ver frustrada la boda con su novio pakistaní, un lumbrera que dice ser musulmán solo cuando le conviene.

Este nuevo cómic de Odio de 2024 empieza en Seattle en 1990 (¿recuerdas el grunge?) con una historia no contada sobre cómo Buddy conoció y se acostó con Lisa, su futura esposa (en algún momento después de otra relación fallida con Buddy). Esta, así como todas las secuencias de los 90, está en blanco y negro, un retroceso a esos viejos cómics pero también un gran recurso para plantear sobre entonces y el ahora…cómo los tiempos son diferentes y cómo son iguales al mismo tiempo, llegando a la conclusion de que tampoco han cambiado demasiado las cosas.

Como muestra Bagge en este nuevo cómic, hemos avanzado, pero Buddy se ha mantenido en gran medida igual que cuando lo conocimos.
Al volver a Odio , Bagge capturó esa sensación de ponerse al día con alguien después de años de no estar realmente en contacto. Están los recuerdos del tiempo que pasamos juntos (o en nuestro caso, leyendo sus desventuras) y la comprensión de que todos hemos cambiado con los años. Los recuerdos nos unen, pero todavía existe esa distancia creada por el tiempo. Y finalmente, nos separamos, prometemos llamar o escribir y regresamos a nuestras vidas normales.

Incluso si no estuviste allí en ese entonces, Bagge estructura este cómic con segmentos que tienen lugar a principios de la década de 1990 y en 2024. Saltando de un período a otro, nos da una visión de Buddy y sus amigos de entonces y de ahora. Hay una imagen de ellos hace 34 años y de ahora, donde vemos a Buddy y sus relaciones con su esposa, su ex y sus antiguos compañeros de habitación como eran y como son. Para un cómic como este que tiene una historia antigua con la que algunos de nosotros estamos familiarizados, el esfuerzo de Bagge por no depender de esa vieja familiaridad sino de presentar una historia de comparación y contraste, nos ayuda a ver cuánto puede y no puede cambiar durante ese período. Introduce tensiones entre el pasado y el presente, que se ven principalmente cuando la ex de Buddy, Valerie, le pregunta qué pasó con su antiguo compañero de habitación Stinky.

Conforme avanzamos en la lectura del tomo, existe la sensación de que cuanto más cambian las cosas, más siguen siendo iguales. Peter Bagge ha estado volviendo a visitar a Buddy Bradley, su familia y sus amigos, poniéndose al día con ellos en 2024, tal como Buddy está haciendo en un viaje de regreso a Nueva Jersey. Como lector de Bagge desde hace mucho tiempo, existe la sensación de familiaridad aquí, pero también existe la sensación de sorpresa, al descubrir que el hermano de Buddy, Butch, está prácticamente (y sin saberlo) en una milicia de derecha o enterarse de que su hermana tiene un nuevo novio, alguien del pasado de Buddy.

Aunque Bagge juega con la nostalgia en esta serie, no es un libro nostálgico. Bagge y Buddy no están melancólicos por «los buenos viejos tiempos». Ambos miran hacia atrás con una sobria comprensión de qué es el pasado y quiénes fueron mientras reconocen el crecimiento y el cambio. Hay un par de momentos en este número en los que Buddy demuestra cómo ha cambiado con los años. Sigue siendo Buddy, Lisa sigue siendo Lisa y Butch sigue siendo Butch, pero también son la culminación de sus experiencias y simplemente no sabemos qué han estado haciendo desde la última vez que pasamos algún tiempo con ellos.

Lo que el lector obtendrá en este tomo es un buen puñado de historias que se insertan dentro de la continuidad de la serie principal y que siguen en el mismo tono y estilo: El humor socarrón, las situaciones absurdas, los diálogos brillantes y unos personajes que son los que recordamos brillan en esta nueva entrega.

El trabajo de Bagge se inserta perfectamente en la cultura americana, pero no para ensalzarla, sino para exhibir sus vergüenzas y mostrar que el Sueño Americano no es más que un eslogan publicitario para la mayor parte de sus conciudadanos. Y lo hace de una forma tan descarnada y al mismo tiempo tan cómica, que no puede extrañar que otros productos culturales (empezando por Los Simpson) hayan seguido su estela.

Visualmente, “Odio” sigue siendo un comic claramente underground. Bagge utiliza (sobre todo en sus partes en B/N) la trama manual como técnica para crear profundidad, atmósfera y textura, pero también como homenaje a los comics underground clásicos de los sesenta de los que bebió en su juventud. El estilo excesivo y engañosamente sencillo de Bagge camufla una fuerte carga emocional en su forma más cruda.
Las figuras parecen no tener articulaciones, y se mueven de una viñeta a otra encogidas y balanceando sus brazos y piernas como si fueran tentáculos. Las reacciones están siempre reflejadas de forma exageradamente histriónica.

Aquí hay un cambio que llama la atención en el ámbito gráfico. Las elaboradas páginas en blanco y negro características de Bagge han sido sustituidas por planchas de brillante colorido que apagan en cierta manera sus tintas tan marca de la casa, consiguiendo así un fuerte contraste entre lo inteligente y lo estúpido, lo pueril y lo adulto…con lo que todo se magnifica.

Para mí, personalmente, debido a mi infinito amor por estos personajes, ¡Odio desatado! es uno de los cómics del año, que demuestra que Bagge sigue en plena forma. Si has disfrutado previamente de anteriores entregas de Odio, ni dudes en hacerte con esta entrega.

Por Francisco José Arcos Serrano

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