GENIO, de Steven T. Seagle y Teddy Kristiansen (Dolmen)

¿Qué significa ser un genio? Einstein era uno. Ted podría serlo también. Pero cuando trabajas en física teórica y todo el mundo a tu alrededor es también un genio, puede ser difícil destacar. Y en un think-tank donde publicas o mueres siempre estás a una buena idea de distancia de un ascenso… y a un mal año de una nota de despido. Red necesita urgentemente una buena idea. Así que cuando tiene la oportunidad de robar al mismísimo Einstein, bueno… El cálculo moral puede ser más difícil que la física cuántica.

El tándem formado por Steven T. Seagle y Teddy Kristiansen se ha caracterizado siempre por ser autores más cercanos al indie/culto que al propio mainstream, pero lo que tengo claro es que volverlos a ver juntos y en castellano es siempre una alegría. Esta obra nos cuenta una historia intimista en la que una persona superdotada tiene que lidiar con los problemas cotidianos que no pueden ser solucionados gracias a su gran inteligencia; Kristiansen ofrece cada dibujo como un instante dilatado de tiempo que ahonda y potencia en aquello que expone el respectivo texto de apoyo de Seagle.

El guionista nos cuenta todas estas relaciones con un relato hábil y de tiempos medidos que logran mantener el interés del lector mientras nos preguntamos hacia donde se dirige la vida de nuestro protagonista. En manos de otro dibujante esta historia habría podido acabar siendo un simple texto al que acompañaban unos dibujos estáticos y redundantes. No ocurre así con el dibujante danés, el cual ya ha demostrado muchas veces que sus dibujos tienen voz propia.

Como de costumbre el trabajo de Kristiansen es espectacular y permite que seamos conscientes de ciertos detalles que no están explicitados de manera deliberada en el guion, pero que sin duda son fundamentales para entender la historia: estamos hablando de aspectos tales como el lenguaje corporal cuando conversan los personajes o esa caracterización de la fábrica/Instituto de ideas en serie, que sería el sueño de cualquier investigador en ciernes… todo ello inmerso en esa especial textura de acuarela sucia que recubre todo el cómic de grises apenas coloreados que ayuda a sumergirnos por completo en ese mundo que vive nuestro protagonista principal.

La edición de Dolmen en cartoné es muy vistosa y funcional. No contiene ningún tipo de extra. En definitiva: Genio es una emotiva historia que incluye un ritmo narrativo muy bien medido que casa a la perfección con un espléndido arte y que, juntos, hacen vibrar al lector.

Por Francisco José Arcos Serrano

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