Espero que a vosotros no os ocurra como a uno de nuestros más afamados redactores, que no sé en qué coño estará pensando el tío para referirse siempre a este cómic como muerde-almohadas (claro que ahora que lo pienso, también se refería hace ya a la serie de Jackie y Nuca como soplanucas, así que parece que la tontería le viene desde bastante tiempo atrás). Sea como fuere, teníamos unas ganas locas de leer este cómic para ver si era tan bueno como muchos decían.
Y es que últimamente, si hay algo que anhelamos los más frikis de este país es que se publique por estos lares algún bonito nuevo título de Image Comics, una editorial que cada vez va más al alza con series que aportan un soplazo de aire fresco al actual panorama comiquero. Y son los muchachos de Norma Editorial los encargados de publicar por estos lares este tomo, que recoge los cinco primeros números de la que fue una de las series más esperadas entre las novedades del pasado Salón del Cómic. Por fin hemos tenido el placer de catarla y ciertamente nos lo hemos pasado pipa no, lo siguiente…
Para el que desconozca su argumento, diremos que gira en torno al pueblo de Buckaroo, un lugar del que han salido multitud de asesinos en serie. ¿Coincidencia, casualidad?. El detective Carroll no piensa que sea eso y cree que hay una conexion y un motivo, el cual tratará de descubrir. Pero cuando éste obtiene la respuesta y llama a su colega Finch para hacerle partícipe de su descubrimiento, el protagonismo de la historia recaerá sobre éste y sobre la sheriff de ese pueblo para tratar de esclarecer porqué Carroll ha desaparecido y el interés de alguien en que todo el descubrimiento de este detective sobre los asesinos en serie de Buckaroo no salga a la luz.
Todo ello da pie a un cómic repleto de intrigas y misterios, en el que a lo largo de la historia iremos conociendo a los habitantes de este curioso pueblo, a modo de pequeñas pinceladas con las que el guionista (Joshua Williamson) nos deja entrever el carácter de esa gente tan peculiar. Ciertamente es magnífico el retrato que se nos hace también sobre algunos de los asesinos en serie que han tenido su origen en ese pueblo, que son un derroche de imaginación macabra con esa forma de desvelar los gustos que tenían algunos de ellos por los asesinatos en serie y la descripción gráfica de cómo se las gastaban con sus víctimas.
Pero si hay una figura que destaca sobre el resto, esa es la de Charles Warren, apodado Muerdeuñas, un tipo con la extravagante obsesión de morder a sus víctimas las uñas hasta el hueso para luego matarlas, y del que iremos conociendo detalles sobre su pasado y su presente en ese pueblo de Buckaroo, sin olvidar el importante el papel que desempeñará en todo este asunto de las investigaciones policiales de los protagonistas, un tanto reminiscentes del Silencio de los Corderos.
Y a pesar de todo lo comentado, si hay un verdadero protagonista en esta obra es el pueblo de Buckaroo en sí, pues la lectura de este primer tomo le deja al lector la sensación de que ese sitio encierra un oscuro y tétrico misterio para que sea lugar de origen de tanto sádico y asesino en serie. Si a esto le unimos unos muy buenos giros argumentales y otros muchos elementos inquietantes que irán descubriendo nuestros protagonistas a lo largo de sus pesquisas, hacen de esta historia uno de esos argumentos que dejan al lector con ganas de seguir conociendo un poco más sobre los entresijos de Buckaroo y de descubrir qué secreto esconde ese lugar para que sea cuna de tanto tío loco a lo largo de los años.
En definitiva, Muerdeuñas 1. Habrá Sangre es una muy recomendable lectura repleta de referencias cinematográficas y literarias, con la peculiaridad de que a pesar de que se trata de un cómic sobre asesinos en serie no se recrea en la violencia explícita de forma gratuita, sino que esa violencia está siempre puesta al servicio de una buena trama y de un argumento que suscita el interés por conocer más cosas sobre el pueblo de Buckaroo, sus gentes y las investigaciones de los protagonistas. Que salga ya el segundo tomo, coñe..