
La acción se sitúa en un futuro lejano: los recursos de la Tierra se han agotado y la humanidad debe explorar nuevos confines del universo en busca de ellos. El USG Ishimura es una de las naves mineras que viaja a años luz de distancia buscando planetas vírgenes en los que hacer acopio. Tras llenar sus depósitos de materias primas en Aegis 7, el Ishimura pone rumbo de regreso a casa, pero poco después se pierde todo contacto con ella. Dando por hecho que ese corte en las comunicaciones se debe a una avería no reparable en la nave, la Corporación de Extracción envía un equipo de ingenieros a solucionar la incidencia. Poco después de llegar al carguero, descubren que toda la tripulación ha sido masacrada, teñiendo el interior de la nave de sangre, en un macabro escenario auténticamente dantesco. Los responsables de esta masacre son una especie alienígena capaz tanto de infectar seres vivos, mutarlos y convertirlos en asesinos paranoicos, como de recombinar tejido muerto y a partir de él crear unas deformes y aberrantes criaturas (con un aire muy parecido a los putos bichos de la peli de La Cosa)
De esta forma nos metemos en el pellejo del protagonista de la aventura (el ingeniero jefe Isaac Clarke), y tendremos que recorrer esa macabra nave tratando de no convertirnos en la merendola de esas abominaciones. Toda esta tensión, aderezada con la desesperación y demencia de los escasos supervivientes humanos que como resquicios todavía quedan dentro del Ishimura (a los que veremos realizar acciones totalmente sobrecogedoras), no hacen si no aumentar la tensión y la magnífica ambientación del juego. Hace unos días alababa Doom3 porque acojona jugarlo a oscuras y con el volumen a tope, ahora alabaré a Dead Space diciendo que jugarlo en estas condiciones acojona aún más todavía que Doom. En definitiva, un juego al que todos los aficionados al género de los survival han de jugarlo sin falta, porque es realmente acojonante en todos los sentidos (como siempre os adjunto un vídeo para que lo degustéis como se merece).
De esta forma nos metemos en el pellejo del protagonista de la aventura (el ingeniero jefe Isaac Clarke), y tendremos que recorrer esa macabra nave tratando de no convertirnos en la merendola de esas abominaciones. Toda esta tensión, aderezada con la desesperación y demencia de los escasos supervivientes humanos que como resquicios todavía quedan dentro del Ishimura (a los que veremos realizar acciones totalmente sobrecogedoras), no hacen si no aumentar la tensión y la magnífica ambientación del juego. Hace unos días alababa Doom3 porque acojona jugarlo a oscuras y con el volumen a tope, ahora alabaré a Dead Space diciendo que jugarlo en estas condiciones acojona aún más todavía que Doom. En definitiva, un juego al que todos los aficionados al género de los survival han de jugarlo sin falta, porque es realmente acojonante en todos los sentidos (como siempre os adjunto un vídeo para que lo degustéis como se merece).