Un día de estos tenía que pasar. Si lleváis por aquí un tiempo leyendo nuestras paranoias, sabréis que al Sr Grifter le encanta la WWE (World Wrestling Entertaiment), o como nosotros lo hemos llamado toda la vida: Pressing Catch. No hay forma de hacerle entrar en razón, por más que le digo que todas esas hostias y volteretas están totalmente ensayadas como si fueran pases de salón y que todos los luchadores siguen un guión, el chaval sigue negando lo evidente y se pone colorado gritando como una nena. Empiezo a pensar que lo que realmente le gusta son los cuerpos hercúleos que se pasean por los rings.
Si a la pasión desmedida por este espectáculo le sumamos que el chico es bastante impresionable, pues no es de extrañar que en uno de esos lunes en los que nos reunimos me trajese como opción Monster Brawl. Hace algún tiempo puso el trailer de la película, que olía a caspa y pufazo a la legua. Bajo la amenaza de ver esta movida o La Muerte de Superman no tuve otra opción que respirar hondo y elegir lo que me parecía menos mierda de las dos. Me estoy refiriendo, por supuesto, a Monster Brawl.
Si esperáis algún tipo de argumento en tal semejante pirada de olla vais muy mal encaminados. Aquí sólo se plantea una cosa: combates de lucha libre entre los monstruos clásicos del cine de terror. Todos han sido convocados para darse de guantazos con la mano abierta y decidir quién es el más cabronazo de todos ellos. El Hombre Lobo, La Cosa del Pantano, Cíclope o El Monstruo de Frankenstein serán algunos de los monstruos que tendrán que enfrentarse para llevarse a casa el cinturón de campeón.
Cíclope está muy feliz, hasta que le toquen el ojete
Desde el principio del visionado, Monster Crawl huele a mierdaca muy buena. Pero vamos, todos sabemos que a veces estas mierdacas pueden tener algún que otro toque gore molón que nos haga pasar una tarde, cuanto menos, divertida. No sería la primera vez que viendo alguna paranoia de éstas nos echamos unas risas (no hay más que ver la saga Evil Dead, que, aunque a mí me acojonaba de pequeño, ahora verla supone más risas que terror gracias a su humor bastante peculiar). Pero no. Aquí no vais a encontrar nada de eso. La peleas son aburridas hasta la saciedad, sin ningún tipo de efectos especiales (quizá se deje ver algún que otro rayo) ni ningún tipo de efecto gore reseñable ni ningún toque humorístico que llamase la atención. Quizás la única escena que nos hizo soltar una risa fue la forma que tiene de palmar el enano representante.
La alegría de la huerta
Aparte de los monstruos que tendremos repartiendo galletas, intentarán amenizar la tarde dos comentaristas. Yo no sé si con los años me he vuelto muy sibarita, pero joder, si de verdad alguien piensa que estos tíos son graciosos debería mirárselo muy seriamente.
Como último apunte, sólo comentar que si os gusta todo lo referente a la WWE seguramente reconoceréis algunas estrellas de ese mundillo, como son Jimmy Hart «La Hiena», Herb Dean o Kevin Nash. Quizás el único personaje más conocido sea el del narrador (para mí al menos), que no veremos en toda la película, interpretado por Lance Henriksen (mundialmente conocido como Bishop, el androide cabronazo de Alien).
En definitiva, una puta mierda muy olorosa que intenta suplir sus carencias de guión y presupuesto con una propuesta que intenta ser divertida. Lástima que no lo sea.
Pos a mí me gustó, qué coño…
Por cierto, no has comentado nada de las pedazo de chavalas que salían.