MARVELS: EL OJO DE LA CÁMARA

Como el viernes pasado hacía muy mal tiempo y no pude acercarme a mi tienda favorita para hacerme con las novedades que salen el primer viernes de mes, hoy no he faltado a mi cita de compras frikis y me he hecho con algunas de las compras previstas para este mes (por cierto muchachada, ya me he hecho con el famoso tomo de La muerte de Superman, y aunque vale una pasta, creo que la compra ha merecido la pena). El caso es que iba yo hoy ilusionado por comprar el primer número de la secuela del comic titulado Marvels, que no me cansaré en catalogar como una de las mejores lecturas con las que más he disfrutado en mucho tiempo. Sin embargo, cuál ha sido mi sorpresa cuando he podido comprobar que en esta tienda a la que voy estaba agotado, por lo que me tocará ir a buscarlo el próximo viernes a otras tiendas del centro. Pero esto no es óbice para dedicarlo unas palabrejas en este post, pues se trata de un comic en el que tengo puestas muchas esperanzas.
Lo primero que hay que decir es que se trata de la esperada secuela de la antes mencionada Marvels, la miniserie con la que (hace ya 14 años) Kurt Busiek y Alex Ross homenajearon a su manera al Universo Marvel y devolvieron la originalidad y la frescura al género superheroico.
Esta secuela nos vuelve a poner en el pellejo de Phil Sheldon, el fotógrafo que a lo largo de los años ha ido registrando con su cámara los momentos más importantes protagonizados por «los prodigios», plasmando con su trabajo las reacciones de las personas normales ante algunos de los hechos más importantes acontecidos en el universo marvel. Marvels: Eye of the Camera nos traslada básicamente al momento en donde se quedó la primera parte, donde vemos a un Sheldon cansado de ese «nuevo mundo» de seres extraordinarios que ya no parece guardar sorpresas ni emociones para él. Pero pronto empiezan a surgir nuevos prodigios y a suceder nuevas historias que él no podrá evitar contar, que serán las que encontremos en esta secuela.
Seguramente esta segunda parte no será tan buena ni tan sorprendente como la obra que lanzó al estrellato a la dupleta Busiek/Ross, pero tal y como he dicho antes, tengo puestas muchas esperanzas en ella. Sin duda alguna, su originalidad radica en que aunque se trata de un comic de superhéroes, estos no son ni mucho menos los protagonistas, sino que la grandeza de esta obra radica en el hecho de que en el momento que pasas la primera página y ves los dibujos no puedes evitar pensar que vas a entrar en un cómic que va a dejarte huella (y sobre todo le hace a uno pensar en que si vivieras en un mundo con este tipo de seres, seguramente tus reacciones serían como las de las personas normales que plasma Sheldon con su cámara).

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