Análisis: The Witcher

Si me dieran un euro por cada juego que tengo pendiente por jugar seguramente sería tan pringao de gastármelos en más juegos para incrementar la lista. Tengo una pila inacabable de cajas sin abrir y de juegos sin instalar desde que descubrí el chollazo de la importación y las descargas digitales con ofertas cojonudas en Steam y GOG.com. Además, desde que me dio el venazo de nuevo con los videojuegos me propuse jugarme algunos clásicos que dejé pasar en su día y claro, si no tengo suficiente con los juegos actuales encima compro juegos de hace unos añitos. Si es que uno no aprende.

Hace tiempo me hice con una joya dentro de los juegos de rol, y dado que hace poquito salió a la luz la segunda parte y todo el mundo habla genial de ella, pues me puse con ella (la segunda ya se verá para cuando). Estoy hablando de The Witcher, desarrollado por CD Projekt, pedazo de juego donde los haya y que ha ascendido hasta los primeros puestos de mis juegos más prefes de los últimos años. Ains, qué gustirrinín da jugar a estos juegos y no la penitencia que tenemos últimamente en Vas Tú Listo con los Lunes Molones.