No te canses de caminar

A pesar de tener fama de prodigarme casi siempre dentro del noveno arte en géneros de gamberrismo sádico o macarradas tipo Garth Ennis o Mark Millar (no en vano llevo ocho tomazos de Crossed metidos entre pecho y espalda apenas sin despeinarme), de vez en cuando me gusta leer algo de personitas normales para equilibrar y no cruzar esa delgada línea invisible que me separa de convertirme en un “degenerao” loco de esos como los que se pueden encontrar en cualquier programa de Tele5.

Así que tras hacer mis pinitos en obras de Jim, el otro día me dio por comprar este pedazo de tomo de la editorial Dibbuks, el cual me gustaría recomendar a todo el mundo con estas líneas que le voy a dedicar. No en vano sus autores, Teresa Radice y Stefano Turconi, ya nos deleitaron con esa gran obraza como es El Puerto Prohibido, por lo que las expectativas puestas en este cómic eran altas. Y tras haberlo leído he de confesar que no se me caen los anillos en catalogar esta obra dentro de mi top de mejores lecturas del año, porque francamente es un cómic de esos que tras llegar a su final no puedes menos que reflexionar durante unos minutos sobre lo que acabas de leer…

Iris Ismail van a comenzar una vida junto en Verezzi, Italia. Mientras ella comienza a instalarse en la casa familiar, él regresa a Damasco a ultimar algunos temas familiares y profesionales. Con el comienzo de la guerra en Siria, Ismail queda incomunicado en el desierto y debe luchar por volver a Italia, mientras que Iris descubre que está embarazada e indaga en la correspondencia de su madre y abuela para saber más sobre su pasado.

Abre la ventana rubia, que no se ve ni un pijo

Bajo este argumento nos encontraremos una obra muy humana sobre un tema que muchas veces vemos en los telediarios a la hora de comer cuando nos hablan sobre los refugiados y que a todos nos apena, pero que seguramente tras ver la noticia no le damos mayor importancia al asunto al ser algo que no nos atañe directamente. Pues bien, he de decir que la lectura de este cómic le hace a uno reflexionar sobre todo este tema de esas personas que han de alejarse de su propio país, de su familia y de sus hogares por riesgo a ser masacrados; una cruda realidad que le hace a uno sentirse afortunado por no tener que vivir una situación así, e incluso avergonzarse de que muchas de las preocupaciones que nos agobian son a veces por temas banales que ni por asomo se acercan a una mínima parte de aquello.

Camelándose a la rubia

Y a empatizar con todo lo arriba expuesto ayuda mucho el desarrollo de los personajes que tiene la obra, sobre todo el de sus protagonistas Iris Ismail, ella por cómo nos transmite a lo largo de las páginas la ansiedad y la desesperación de llevar meses sin noticias de la persona con la que ha elegido compartir su vida (e incluso de la que está esperando un hijo) y él por todas las experiencias desagradables en toda esa odisea que tendrá que encarar para poder sobrevivir a esa horrible situación de luchar por su vida, o incluso por el tener que ver morir a mucha gente buena y decente durante su intento de poder alejarse de todo ese infierno y volver a reunirse con su amada.

A ver ahí, que corra el aire

Y a empatizar con toda esa espiral de emociones que rezuma la obra nos ayudarán la multitud de flashbacks que hay a lo largo de sus páginas y con los que seremos partícipes de momentos del pasado de sus dos principales protagonistas, como por ejemplo cómo se conocieron y se enamoraron o su relación con otros personajes muy importantes como son la madre de Iris, la tía Tiz o el padre Saúl. A este respecto hay que decir que la buena caracterización y la evolución de los personajes a lo largo de su argumento es otro de los puntos fuertes, junto con el dibujo de Stefano Turconi, que a mí personalmente me encanta por ese trazo limpio, claro y sencillo y con ese uso de multitud de “rayitas” en la composición.

 

Ole las viñetas con todos ahí «apretujaos»

En definitiva, No te canses de caminar es una tremenda historia de amor narrada en ciertos momentos en un tono muy poético, que le hace a uno reflexionar sobre todo este tema de los refugiados, el sufrimiento tanto de ellos como de sus seres queridos y la necesidad de seguir adelante por difícil que sea la situación a la que haya que hacer frente. Incluso habrá instantes en los que se invita al lector a reflexionar sobre el tema de las distintas religiones y todo lo bueno y lo malo que hay en ellas. Para mí es, sin duda alguna, una de las grandes obras publicadas este año.

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