Stitched 2: La maldición que vino del desierto

stitched2_logoTodo aquel que no tenga ni zorra sobre este cómic y vea la portada seguramente pueda llegar a pensar que se trata de la nueva publicidad que van a poner en las cajetillas de tabaco con el fin de acojonar a la gente con lo que puede pasarte si fumas como un carretero. Pero no queridos amiguitos, bastardadas supinas aparte diremos que este tomo viene a ser la continuación de un cómic que reseñamos hace un tiempo en este mismo blog y que hizo las delicias de todos los fans de Garth Ennis.

Lo cierto es que los fans de esos «cosidos» salidos de la mente de este insigne y gran autor estamos de enhorabuena ante el hecho de que estos infames seres putrefactos vuelven a la carga para liar más de esas escabechinas en un nuevo capítulo que expande el universo creado por Ennis en el anterior volumen. Y francamente, una historia en la que está presente también la mano de Mike Wolfer (otro afamado autor por hacer sus pinitos en inquietantes historias sobre zombies), era de esperar que saliera algo suculento.

Llegados a este punto seguramente muchos os estaréis preguntando: «¡Sí bueno, déjate de soplapolladas y suelta de una vez si este tomo se puede leer sin haber catado el anterior!».  Y a este respecto diré que en cierto modo Stitched es un poco como Crossed, otro título del cual puedes degustar cualquiera de sus tomos teniendo simplemente una noción muy básica en la cabeza como es el hecho de que una plaga convierte a la gente en putos taraos a los que se denomina «cruzados» y cada uno de esos tomos nos pondrá en el pellejo de un grupo de supervivientes a los que acompañaremos en sus andanzas para sobrevivir a esa plaga. Pues bien, en lo referente a Stitched ocurre algo parecido, pues lo único que hay que tener presente para adentrarse en este tomo es que existe un mal muy chungo que habita en las montañas afganas y que ahora ha salido de allí y ha llegado a parar a otra parte del mundo.

Dando una vueltecica

Dando una vueltecica

Insisto en el hecho de que con conocer esta noción es más que suficiente para poder degustar este tomo sin haber leído el anterior, pues a lo largo de sus páginas conoceremos nuevamente en qué consiste ese mal encarnado por los llamados «cosidos» y la manera en la que volverán a resurgir, pero esta vez no en las montañas de Afganistán, sino en plena civilización occidental gracias a un codicioso traficante y contrabandista sin escrúpulos que quiere enriquecerse sacando tajada vendiendo ese mal a un excéntrico millonario.

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Cuando la modorra aprieta

Todo lo comentado se desarrolla a lo largo de las páginas de este cómic  con un buen ritmo, en donde veremos una primera parte del mismo con un asalto de soldados americanos al mercante que transporta esa mercancía a su comprador, y que sirve no sólo para mostrarnos la maldad y la codicia del cabronazo de turno y de su mujer (una zorra manipuladora de la que uno se se puede fiar), sino también para dar a conocer la amenaza que suponen esos «cosidos» para todo aquel que aún no tuviera el placer y sobre para poder comprobar cómo se las gastan cuando enganchan por banda a una pobre víctima.

"'¡Qué te pego lecheeee!"

«‘¡Qué te pego lecheeee!»

Todo ello da paso a una segunda parte de esta historia en la que priman las interacciones entre el traficante y su comprador, cuyas elucubraciones de este último sobre ese mal son para mí lo mejor del argumento, pues se desarrollan de una forma interesante y con la que se mantiene el interés, sobre todo por toda esa historia en torno a la leyenda del origen de esa amenaza y por la forma en la que se nos da entender que se trata de un mal que debería ser mantenido alejado de los hombres (y más aún de todo aquel que quiera controlarlo para sus propios fines). Todo esto hasta llegar a la orgía final de sangre, tiroteos y «cosidos» desmembrando a todo aquel que pillan por banda, y que hacen de este cómic una lectura entretenida y una digna continuación de la historia que abrió Ennis en el tomo anterior.

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Definición gráfica de estar hecho un trapo

En definitiva, Stitched 2: La maldición que vino del desierto es un cómic con mucha sangre, vísceras, violencia explícita, desmenbraciones y todo lo que uno puede esperarse de este particular universo creado por ese guionista irlandés. Un cómic con mucha mala baba que nos muestra la idea de que hay ciertos males que nunca acaban y que al final siempre terminan por regresar para volver a sembrar el caos y la muerte a su paso. Tanto si leíste el tomo anterior como si no lo hiciste no estaría de más que lo echaras un vistazo si te gustan las historias de seres putrefactos que pueden destrozar a cualquiera en un abrir y cerrar de ojos.

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