Mazinger Z (III): Va de Cosplay

Fue una infancia difícil, los años 70 no estaban tan manipulados por la industria como para tener a Mazinger Z hasta en la sopa, los robots no proliferaban como champiñones, incluso algunos pirateaban la idea porque el mercado estaba muerto. Recuerdo el poco merchandising que había: 6 cómics de tapa dura, un álbum de cromos que terminaba con la llegada de Genocider F·9, donde intentaba acabar con el Jet Scrander (luego apareció otro donde se vio al Boss Robot y al Conde Brocken). También unas cartas y cromos en los bollos. Pero la pregunta de todos los niños era: «¿Dónde está el robot de juguete?, ¿dónde están los disfraces?». Pues no hay y si no te gusta la respuesta es clara, te lo fabricas de cartón.

Mazinger Z (II): Zona Caliente

Está claro que Mazinger Z tenía muchas armas, a saber, Rayo Fotónico, Misil ventral, Huracán corrosivo, Fuego de pecho, los puños y otras tantas armas mortíferas que utilizaba para acabar con el enemigo. Pero aunque todos sabemos que el arma más poderosa de Mazinger era el Fuego de pecho (que según cuentan, era pura energía fotónica que alcanzaba temperaturas superiores a los 30.000º centígrados), nada era comparable a los encantos de Sayaka, quien ponía a Koji como una olla a presión, ya fuera para bien o para mal. Porque esta chica tenía un pronto que déjala correr.

Y es que la buena de Sayaka tenía varias maneras de calentar a Koji. Vamos a intentar descubrir algunas, pero no todas, que este es un blog para todos los públicos. Y es que amigos pervertidos, después de Mazinger Z (I): Los orígenes, hoy nos toca comentar lo de: ¡¡¡Pechos fuera!!!.

Mazinger Z (I): Los orígenes

Un día llega tu abuelo y te dice: «¡Mira, que acabo de hacer un robot cojonudo, reparte yoyas y lanza rayos por los ojos. Con este pedazo bestia puedes hacer dos cosas, o te transformas en un ángel y salvas al mundo o te transformas en un demonio y te lo cargas»!. «Pues menuda decisión abuelo, déjame que lo piense…», y entre que lo piensas y no lo piensas va el viejo y se muere.

¡¡¡Menudo marrón!!!. No tengo ni las instrucciones ni la llave de contacto!!! Pues nada, aprendo sobre la marcha como hago con todas las cosas en la vida. Además, seguro que se maneja igual que una moto, que como mi abuelo era muy listo y sabía que yo era un poco cazurro lo hizo de tal manera que hasta su nieto pudiera manejar semejante “Mecha” sin pensar demasiado.