Devil’s playground

La verdad es que he de decir que la primera vez que vi el póster de este film con todo tan borroso y con mi vista que ya no es lo que era, me dio la impresión de que esta película iba sobre gente que apalea focas a mala leche. A continuación analicé detenidamente la estampa cual jovenzuelo que mira la foto de una tetona en internet y me di cuenta de que no iban por ahí los tiros. Y es que Devil’s Playground (dirigida por Mark McQueen) es uno de esos films  que tratan de aprovechar el exitazo que tuvo en su día 28 Días Después, y que curiosamente también tendrá a la ciudad de Londres como el foco inicial y principal de una infección muy chunga.

Así que como gran fan que soy del film dirigido por Danny Boyle, qué menos que dar una oportunidad a esta película que nos ocupa en la reseña de hoy. Y tras haberla visionado he de decir que si eres un tío no demasiado selecto que disfruta con un argumento simplón de grupo de personas luchando por sobrevivir ante una amenaza de infectados, este film te puede hacer pasar un rato entretenido.

Hawaiian Dick

Porque no sólo de superhéroes de Marvel vive el ser humano, de vez en cuando hay que jugársela también con otras temáticas más castizas para que cuando la gente te salude por la calle no te digan cosas como: «¡Hey, hasta luego, encasillao!». El caso es que hace unos días encontré de ofertacas en mi  tienda habitual este cómic publicado en estos lares allá por 2004, y como estaba tirado de precio me permití un arrebato consumista (pues yo sólo hago grandes desembolsos de millonazos cuando se trata de impresionar a alguna extranjera o cosas así).

Por cierto, hace poco leí la noticia de que siguiendo esta moda de adaptar cosas del noveno arte al mundo del cine, al parecer Hawaiian Dick también va a ser llevado a la gran pantalla. Así que antes de ver la futurible película ya sabéis lo que toca: buscar el cómic en vuestra tienda favorita y leerlo antes de ver el film para poder comparar y poder alardear luego con la famosa frase de «bueh, el cómic mola más» (eso es lo que haría un buen friki entregado a la causa, joe).

Destrozando mitos: Salvados por la campana

Un clásico de los años mozos de los muchachos de Vas Tú Listo era el llegar a casa después de un duro día de instituto, despanzurrarse en el sofá cual perrazo a la sombra de un chopo, cogerse la merendola y ponerse a ver Salvados por la campana. Era una de esas series míticas de antaño (de los años 90 concretamente) en la que vivíamos engañados con un concepto idílico de los institutos americanos con jovenzuelos sanos, castizos, y que estaban todo el día de charanga y pandereta pasándoselo de puta madre allí metidazos (mientras que nosotros en el nuestro estábamos hasta el ojete de echar allí el día entre tanta clase soporífera). Sin embargo, hoy por hoy pensamos que a esta serie le faltó el capítulo en el que Zack Morris y sus compinches sacaran una escopeta recortada y se liaran a tiros con sus compis. Cuando van a coser a balazos al último de ellos, suena la campana y se piran a casa. Esto sí que sería más apropiado para una serie sobre institutos americanos que se titulara Salvados por la campana.

Adiós publicidad (Parte II)

Ya pudisteis presenciar hace poco el adelanto que nos trajo el nunca bien ponderado Kiko sobre las cosas en las que nos hemos fundido la pasta conseguida con la publicidad del blog. Ciertamente muchos fans se han escandalizado con algunas de nuestras estrafalarias compras y algunos nos han parado por la calle preguntándonos si no hemos donado nada a alguna ONG (pregunta a la que hemos respondido diciendo que nosotros somos más de ONG-TES, pero sin la «N»). El caso es que lo del otro post fue sólo un pequeño adelanto sobre algunas de las cosillas que nos hemos comprado desde que cobramos el cheque, pues hay que decir que hemos tenido unos arrebatos consumistas muy serios. Sirva este post como continuación del anterior para que sigáis conociendo nuestros curiosos gustos a la hora de fundirnos la pasta.

Hasta el rabo de los camperos


El diccionario de la real academia española define al campero como toda aquella persona un poco tocapelotas que jugando en modo multijugador a cualquier shooter se oculta en el lugar o recoveco más recóndito del escenario de la partida esperando a que los jugadores enemigos pasen por delante de él y así abatirlos a traición y a mala leche. Hace unos días el nunca bien ponderado Kiko y un servidor hemos retomado el vicio al multijugador del Battlefield Bad Company 2, y hemos vuelto a sufrir este mal que aqueja a la humanidad. Y es que en esta vida hay muchas cosas que personalmente me tocan los cojones, como bien puede ser un balonazo en la entrepierna, la comida japonesa o que me cierre el paso una Maruja de esas que andan ocupando toda la acera y a las que dan ganas de pegarlas un empujón diciendo: «¡Aparta, joder!». Pero pocas cosas hacen que me hierva el esqueleto con un no se qué y un qué sé yo, como el hecho de que un campero me deje seco de un disparo a traición.

Contando los días


Los muchachos de Vas Tú Listo somos marvelómanos acérrimos hasta la médula, pero eso no significa que no nos pongamos requete burraquísimos con las adaptaciones cinematográficas de personajes de otras editoriales. Ciertamente de DC comics hemos leído lo justito, y si nos sacas de Superman o Batman estamos más perdidos que Javier Clemente en un Mundial. Me imagino que muchos de vosotros pensaréis que la peli de Green Lantern nos la sopla por tratarse de un personaje del que apenas hemos leído nada. Ciertamente de él conocemos lo justito, como por ejemplo que se llama Hal Jordan, que ha hecho sus pinitos como miembro de la JLA y que tiene un anillo cojonudo con el que hace auténticas virguerías. Pues bien, a pesar de este pobre bagaje tenemos unas ganas locas de ver este film porque el trailer nos da mejores vibraciones que el consolador a pilas alcalinas de una moza descocada.

Área de descanso

En mis tiempos mozos era bastante dado a cerrar la persiana de la habitación y jugármela a ver a oscuras alguna peli de esas que te dejen más inquieto que recibir una invitación para asistir al bautizo de un Gremlin. Así que el otro día tiré ahí de dvdteca, y armándome de valor cual chulo que se envalentona a lanzarse a invitar a un copazo a una potranca lozana y castiza, me senté a ver este film titulado Área de descanso.

Por su título muchos podrían pensar que esto trata sobre la vida de Pedro León y de Canales en el Real Madrid, pero no van por ahí los tiros.  Se trata de uno de esos films a priori prometedores que pretenden ser una combinación de terror, tensión e intriga, pero que desde la primera escena eso ya empieza a despuntar unas trazas muy serias de peli chunga a más no poder. Hace poco me he enterado de que esto tiene una continuación, así que lo mismo si algún día estoy bajo el influjo de algún fármaco o alucinógeno me la jugaré también.

Patadas a lo Arteche


Cuando vemos algún partido de fútbol en la tasca del barrio y nos escandalizamos ante algún entradón a lo bestia y con mala leche no falta el tarugo de turno que dice que el fútbol es un deporte no apto para niñas y que las patadas forman parte del juego (todo esto mientras sacan al pobre futbolista en camilla con la pierna colgando). Hombre, bien es cierto que las patadas están ahí y que los futbolistas se exponen a las lesiones, pero es que hay jugadores que son más brutos que un «arao» y hay algunos de ellos que son un poco cabronazos y se les nota que van a por el hueso. El post de hoy viene a colación de lo que hizo el bestia del John Terry (un afamado jugador del Chelsea) hace unos días en un partido amistoso. Joder, y eso que era amistoso, que si llegan a jugarse la Copa del Mundo hubiera dejado seco al contrario.

Invasión a la tierra

Los extraterrestres vuelven a estar en la cresta de la ola, aunque he de decir que en mi barrio los alienígenas están de moda siempre, porque aquí hay cada uno con un pelaje que yo no digo «ná». El caso es que últimamente han proliferado películas de esta temática tales como Skyline, la magnífica Distrito 9, la futura Cowboys & Aliens, el remake de la serie V o la reciente Falling Skies creada por Steven Spielberg. Y como un servidor es bastante dado a toda esta temática de la ciencia-ficción con seres extraterrestres pululando, qué menos que jugársela con Invasión a la Tierra, dirigida por el sudafricano Jonathan Liebesman.

Por cierto, hay que comentar que aunque esto que voy a decir suene a paranoia, el film está inspirado en el suceso ocurrido la noche del 24 al 25 de febrero de 1942, del que existen informes reales de testigos asegurando la presencia de objetos desconocidos sobre Los Ángeles, que provocaron un ataque de artillería antiaérea sobre unos objetos plateados que se movían a velocidades increíbles en altitudes de entre 3.000 y 6.000 metros. Da que pensar, ¿eh?.

Habitación perdida

Después de haber visto por fin la 2ª temporada de la magnífica Misfits, tenía ganas de embarcarme en el visionado de alguna otra serie. El caso es que hace unos días cayeron en mis manitas los episodios de Habitación Perdida, los cuales fueron emitidos por el canal Cuatro hace ya un tiempo. Bueno a decir verdad, más que serie es más bien una miniserie, ya que está compuesta de sólo 6 capítulos, con lo cual es ideal para todas aquellas personas que no les mola eso de las series interminables que se alargan en plan rabazo de Nacho Vidal.

Otra de las cosas que me llamó la atención de ella es el hecho de que está protagonizada por el bueno de Peter Krause, que a muchos os sonará por haberle visto en la magnífica «A dos metros bajo tierra» (serie de la que hay que decir que pasó por estos lares con más pena que gloria siendo maltratada por TVE en horas intempestivas). Pero creo que lo mejor es que deje de enrollarme ya contando batallitas y pase al meollo del post: «¿De qué va esto de Habitación Perdida?». Pues vamos a ello, pardiez.