Creo que ya comenté en un post anterior que desde hace unos días estreno ordenador nuevo de sobremesa, ya que se me jodió el portátil y decidí que ya era hora de hacerme con un pc nuevo. Estoy orgulloso de ese pedazo de monitor de 22 pulgadas que hay que aprovechar y recrearse con el pedazo de pantallón. Así que el otro día al salir del curreles decidí hacer algo que hacía años que no probaba: ir a comprar algún juego de PC. Así que estuve de visita en el Fnac y en el Corte inglés viendo las suculentas ofertas que había, y entre mis compras quiero destacar este juego al que dedico el post, que por poco más de 9€ me parece una compra cojonuda. Tengo que reconocer que en la tienda fui un poco reticente a pillarlo, porque hace años que no juego a un shooter en pc y no estoy yo acostumbrado al tute de teclas + ratón (y más cuando llevo años acostumbrado al mando de la playstation2 y ahora al de la xbox). El caso es que ayer por la tarde me dispuse a probar el juego, y tengo que reconocer que me está encandilando de lo lindo.

Desde que mi coleguilla Kiko descubrió no sé qué página en internet en la que se pueden hacer pedidos de juegos de la Xbox y nos salen tirados de precio, esto de encargar juegos a domicilio es un puto vicio (yo ya me he hecho con 5 ó 6 juegos en menos de 1 mes). Y es que merece la pena, ya que videojuegos que aquí los encuentras por 60€, en la página esa los puedes pillar por poco más de 20€. El caso es que mi última adquisición ha sido esta última entrega de Tomb raider, que creo que es ya la octava parte de la saga si no me fallan las cuentas. Hay que comentar que en las últimas entregas se estaba perdiendo un poco el rumbo, pero en esta nueva parte se combina bastante bien la esencia de lo que hizo grande a esta magnífica saga con algunas de las novedades de las últimas entregas, dando lugar a un juego entretenídismo para mi gusto (aunque a veces el giro de la cámara le vuelva a uno un poco gilipollas).

Si por algo nos hemos caracterizado desde siempre mi coleguilla Kiko y yo es por ser unos acérrimos seguidores de todo lo que tiene que ver con el género de los «zombies». Ahí quedan para la posteridad aquellas tardes de antaño en las que el «video comunitario» estaba de moda (¿alguien más se acuerda de él?), y siempre que ponían alguna peli de ese género era tradición el reunise en casa de uno de nosotros y acojonarnos con los muertos vivientes. Teníamos predilección por aquella película del maestro George A. Romero titulada El amanecer de los muertos, en la que un grupo de individuos refugiados en un centro comercial, trataban de sobrevivir a las oleadas de muertos vivientes (incluso hace unos años sacaron un remake bastante majo, que desde mi humilde blog recomiendo al que no la haya visto y le guste minímamente este género). El caso es que antes de que me comprara la Xbox estuve una tarde en casa de Kiko y me enseñó la demo de este juego titulado Dead Rising, del que hay que decir que tiene ciertas reminiscencias de esa película mencionada.

Anoche soñé que por fin tenía entre mis brazos la nueva entrega de esta magnífica saga que tan buenos ratos nos ha hecho pasar (aún conservo las tres primeras partes para Playstation y la cuarta parte para la Playstation 2). Yo siempre he dicho que los mejores juegos son los «survival horror», y por esa razón siempre he tenido debilidad por esta mencionada saga, aunque por ahí tengo otros muchos títulos pertenecientes a este género para la play2 (pero para un servidor, Resident evil siempre tendrá un encanto especial). El caso es que el jueves por la noche me descargué en el bazar de Xbox live la demo de esta nueva entrega de la saga de Resident Evil, y tengo que reconocer que, aunque es más de lo mismo, a mí personalmente me encanta ese «más». Después de jugar la demo tengo que reconocer que el juego, en gran parte, es muy parecido a la entrega anterior en lo referente al sistema de juego y la perspectiva de la cámara (y sobre todo lo que aún no se ha «solucionado» con respecto a las entregas anteriores es que se sigue sin poder disparar mientras caminas).

Aún recuerdo cuando hace ya varios años compré la primera parte de este juego para la Playstation guarrindangas y el vicio que me pasaba ordenando y reorganizando a mis tropas en este genial videojuego de estrategia en tiempo real. Los eventos de Red Alert tienen lugar en una realidad alternativa en la cual las fuerzas aliadas se enfrentan a las fuerzas de la Unión soviética en una encarnizada contienda militar por el control del continente europeo, donde el jugador debe construir bases en las que se producen unidades armadas para defenderse del ejército enemigo y eliminarlo para obtener la victoria en un escenario. La verdad es que ha sido uno de los juegos de estrategia que más me ha viciado (junto con el mítico Civilization 2 de Pc), por lo cual he estado indagando sobre esta nueva entrega para Xbox titulada Command & conquer: red alert 3. Os adjunto un párrafo de lo que nos espera en esta magnífica nueva entrega:

Hace unos días estuve de visita en el FNAC echando un vistazo a los jueguecillos de la Xbox que había en oferta para darme un caprichazo y que me quiten lo «bailao». Los juegos más molones que más me interesaban seguían estando a un precio tipo «ojo de la cara», por lo que habrá que esperar unos pocos meses más hasta que los rebajen a unos 20 ó 30 eurillos. Así que me dispuse a rebuscar entre los estantes de los juegos a ver qué cosillas había a un precio más asequible. Fue cuando me encontré con este juego, del que unos pocos días antes había dado la casualidad que me había descargado la demo de la primera parte y tengo que reconocer que me había dejado un buen sabor de boca. Así que como estaba a un precio bastante majo (19,95 eurillos), pues no me lo pensé demasiado y me lo pillé. Tengo que decir que ese mismo día encontré la primera parte del Gears of war en el Corte inglés de Sol (me puse nervioso y todo cuando vi que solo quedaba un último juego en la vitrina y fui raudo y veloz a enganchar a un dependiente para que lo sacara y tenerlo por fin entre mis manos).

Desde hace ya varias semanas me llevaba rondando por el cabezón la idea de comprar una Xbox como regalo de Reyes para mi hermano, para que se la llevara a su piso (al que dentro de poco se irá cuando lo acabe de amueblar). Mi idea era pillarme yo otra consola de estas más adelante, para que cuando se vaya a vivir allí poder jugar en el modo Online yo desde casa y él desde la suya. El caso es que le compré la consola el jueves y mi idea era guardarla hasta navidades para dársela por esas fechas; pero como desde hace unos días el pobre muchacho está con un resfriado de cojones y se va a pasar todo el puente en casa, pues me decidí a dársela anoche como regalo adelantado para que estuviera entretenido estos días.

El sábado por la tarde según acabamos el partido del Viejas Glorias, con ese merecido empate a 4 contra un buen equipo, me dijo Kiko: «Rober, vente a mi casa y nos echamos unos putos vicios a la XBOX». Como yo soy un flojeras y cuando hay puto vicio en el horizonte se me engatusa fácilmente, pues no tuvo que torturarme este buen mozo para aceptar su petición. Así que rememorando aquellas tardes de vicio de antaño, fuimos primero a una tienda de su barrio a surtirnos de patatas fritas, refrescos, pizzas y hasta de «after eight» de esos rellenos de menta (vicio y merendola…, menuda combinación). Cuál fue mi sorpresa cuando a Kiko le dio un arrebato marujil y se puso a pasar la aspiradora, así que yo me hice con el control de la XBOX y me puse a probar demos que tenía por ahí este muchacho mientras llegaba el momento de viciarnos al Gears of War. El caso es que esta demo del juego llamado Left 4 dead me dejó impresionado, no sólo por su fantástica intro (de la que ya podrían aprender algo ciertas pelis de miedo), sino porque el jodío juego es un puto vicio del copón.

Ya comenté en el post anterior mi visita al FNAC para ver qué ofertas suculentas de juegos de la Play2 me encontraba allí. Creo que también comenté que además del Killzone me hice también con otro ofertón: el GTA San Andreas. La verdad es que hasta ahora sólo había tenido ojines para el Killzone, pero ayer probé el San Andreas para ver si era un juego tan innovador (tal y como decían allá en la época en la que salió), y la verdad es que ha superado mis expectativas. A continuación os adjunto un resumencillo de una página que he encontrado en la que se habla del argumento de este juego:

La historia se desarrolla en el rincón más recóndito y marginal del Estado de San Andreas, en un pequeño ghetto de Los Santos. Allí una banda de afroamericanos, los Orange Grove Family, cuyos días de esplendor en la escena criminal de la ciudad son historia, intentan subsistir de las arremetidas de las bandas rivales y de la presión policial.

Hay un dicho que dice: «Si no puedes estar con la persona a la que amas…, ama a la persona con la que estás» (esto se puede aplicar también a videojuegos y consolas, y me voy a explicar).

Desde que estuve en casa de Kiko tengo que confesar que estoy «enamorao» del Gears of war de la Xbox…; pero como no tengo esa consola me tengo que conformar con el Killzone de la Play2. Y es que desde aquella tarde consolera en casa del Kikales, el vicio vuelve a correr por mis venas (parece mentira que hubiera estado todo lo que llevamos de año sin tocar mi Playstation, como el que no toca a su mujer después de tantos años casados). Por eso ayer después del trabajo me fui a dar un garbeo por el FNAC a ver qué juegos de la Play2 había en oferta (ya que desde que ha salido la Play3 se están devaluando ya mucho esos juegos y uno puede encontrar ofertas suculentas).