Spiderman: El hambre

Ciertamente leyendo el título de este tomo uno no puede menos que imaginarse al bueno de Spidey llegando a casa después de un duro día de combatir el crimen y prepararse ahí el tío un pedazo de bocata guapo-guapo con el que llenar el buche. Y bueno, los más fogosos supongo que se imaginarán al arácnido llegando a casa y encontrarse a Mary Jane con un bonito picardías de esos que se arrancan a «bocaos» y zampársela enterita.

Sea como fuere, este tomo no va ni sobre una cosa ni la otra, pues básicamente se puede resumir en un nuevo rifi-rafe entre nuestro arácnido favorito y su archienemigo Venom. Y es que estos dos siempre que se encuentran se enzarzan ahí cual chonis veinteañeras que se pelean por ver cuál de las dos se queda con el «Cani» de turno. Por suerte, aquí Spiderman y Venom no discuten por ningún Cani, pero lo único cierto es que guantazos entre los dos no faltan. Así que aprovechando uno de los ofertones de «El mejor Marvel de SD» me hice con el pack que recopilaba este tomo y el de La muerte de Jean Dewolff (sin duda alguna, bastante mejor que éste).

Todo arranca con un investigacion policial en torno a un agresor que ataca a su víctimas produciendo unas incisiones a la altura de los riñones, en las glándulas que segregan adrenalina. Pronto descubriremos que se trata de Venom, pues ahora el simbionte necesita consumir más energía de los seres humanos para poder sobrevivir y se dedicará a asesinar a los pobres transeúntes de la ciudad. Y es que este malvado engendro ha agotado su «fuente de reservas» que era Eddie Brock y ahora necesita un sustituto. De ahí se deriva nuevamente su obsesión por el que fue su huésped favorito: el arácnido por antonomasia.

Venom y sus muchas formas de adherirse a un huésped

Merece la pena destacar el hecho de que el mayor pelele en todo este sarao es el antes mencionado Eddie Brock, que no deja de ser un pobre «pringao» en manos del simbionte y del que descubriremos una revelación muy chunga que nos hará a lo largo de la historia (la cual no voy a spoilear para todo aquel que no la sepa, aunque a estas alturas es ya algo harto conocido).

¡Corre tonto, que como te pille te corta los huevos!

Como he dicho al principio, todo lo comentado sirve de marco para un nuevo enfrentamiento entre Spiderman y Venom, donde una vez más nuestro héroe contará con la inestimable ayuda de los 4F (sobre todo de la genial mente de Reed y su capacidad de deducción) para salir airoso de una situación bastante enrevesada. Yo la definiría como una historia pasable y poco más, pues hace ya tiempo los rifi-rafes entre estos dos perdieron la gracia para el que suscribe y no deja de ser un poco más de lo mismo. Y es que lo bonito era ver las hostias que se daban ambos en sus primeros escarceos plasmados tan ricamente por Todd McFarlane. Así que básicamente el tomo se resume en el «pesao» del simbionte  tratando de adherirse a una gran fuente de adrenalina como es Spidey y éste haciendo lo posible por evitarlo. No tiene más…

"¡Ainsss, aparta bruto, que estoy mu locaaa...!"

Comentaré por último la curiosa dupleta artística del tomo formada por el tándem Paul Jenkins/Humberto Ramos. Me imagino que a muchos el marcado estilo amerimanga de este último nos les pegue demasiado para un personaje como Spiderman. Pero bueno, supongo que a todos los que admiramos su estilo tan personal no lo damos mayor importancia y enseguida uno de adapta a este Spiderman tan peculiar. Así que lo dicho, una historia que de deja leer y poco más, que recomiendo únicamente para los muy devotos de Spidey.

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