Ravenor fugitivo: El final de una trilogía

Lo prometido es deuda y aunque el día de su salida yo estaba plantado delante de la librería, han tenido que pasar unos días para ponerme manos a la obra. No suelo entretenerme mucho a la hora de comprar libros y en este caso fue un vini, vidi, vinci y salir por patas con Ravenor fugitivo en la mano. Bajaba ya por la calle intentando leer la primera página y cuando me quise dar cuenta ya estaba en la nº 51. Desde luego, la vida con Dan Abnett parece siempre ir más rápida. Después de leer la frase “Mantén cerca a tus amigos, y más aún a tus enemigos” el resto ya fue como bajar por un tobogán a toda velocidad.

Con este libro termina la trilogía de Ravenor y comienza donde lo dejamos en el segundo volumen, a la caza del archihereje Zygmunt Molotch. El libro tiene unas cuantas vueltas de tuerca y eso te hace mantenerte muy alerta. Por cierto querido lector, te recomendamos que antes de continuar leyendo eches un vistazo a esta reseña si no tienes ni zorra idea de quien es Ravenor, porque es un crack de toma pan y moja…

Inquisidor Eisenhorn

Los herejes a la hoguera, pero antes hay que torturarlos un poco clavando palillos entre las uñas. Recordemos a Torquemada: “Muchos murieron quemados y tanto gusto me daba verlos arder, que decía, atizándoles la llama: ¡Perros herejes, ministro soy de la Inquisición Santa!”. Sí señores, la inquisición Española tenía su puntillo agridulce, pero nada comparado con Los Santos Ordos del Dios Emperador. Inquisidores que dejan a la altura del betún a todos aquellos que poblaron nuestra historia más oscura.

Algunos han intentado que renazca la inquisición en la clandestinidad. Recordemos al famoso acólito inquisitorial Georgie Dann: “La barbacoaaa, la barbacoaaa, como me gusta…” Y es que eso de quemar siempre ha sido un caramelo en la puerta de un colegio. La inquisidora Raffaella Carra con su “Caliente, Caliente” también quiso a quemar a más de uno. Pero dejemos de hablar de estos aprendices y vamos al turrón.

Space Marine

En algún momento tenía que hablar de Space Marine, y ese momento por fin ha llegado. El Dios Emperador amado por todos nos observa desde su trono dorado. Armados con nuestro Bolter vamos a repartir justicia entre los enemigos de la humanidad, somos el arma perfecta, la punta de lanza de los ejércitos del Imperio, ¡SOMOS LA POLLA!. No podemos pedir más.

La ambientación es la correcta, algo gótica como mandan los cánones del cuarto milenio, incluso estaban las hijas de Zapatero cargando desde la disformidad. He quedado muy conforme con el ambiente después de jugar hasta la una de la madrugada a una demo que se hace corta y te quedas con ganas de mucho más. Por cierto, la demo se puede descargar desde el día 23 de agosto en la Xbox si tienes Gold y el juego sale a la venta el 9 de septiembre.