Hace unos días hablaba con un colega del curreles que decía gustarle todo este mundillo del noveno arte pero reconocía no haber leído nunca nada sobre Conan (pero el tío se regodeaba de haber leído a Snoopy, no me jodas). Francamente me dieron ganas de arrearle un revés a lo Rafa Nadal en Wimbledon con el que le sobresaliera el puño por la nuca. Lo cierto es que todos los fans del personaje creado por Robert E. Howard ardíamos en deseos de que llegara este film, pues ciertamente llama la atención que un personaje con un sinfín de aventuras a sus espaldas tenga tan pocos largometrajes en su haber.
¿Y es que quién no ha deseado alguna vez vivir en la era Hyboria?. Una gran época en la que las únicas preocupaciones de un bárbaro cimmerio eran vivir el día a día desplumando a algún gordo ricachón y retozando con las mozas más cachondas de la tasca más chunga del lugar, bebiendo jarrotes de cerveza cual hooligan descocado. Por todas estas cosas comentadas, los muchachos de este blog siempre hemos sido fans de Conan.








